Es el protagonista de la semana armera. Y no es poco decir, teniendo en cuenta cómo ha retomado el Eibar la competición. Dos partidos, dos victorias, los dos primeros goles del madrileño y, por si fuera poco, dos bebés en camino. «Esta vez me he acordado de dedicárselos a mi mujer –se ríe–. Después del escarmiento que me cayó el día del Sporting, como para olvidarme otra vez».

Motivos para dedicatorias y celebraciones no le faltan. 2015 acabó bien y 2016 empieza mejor. En lo colectivo y en lo personal.

No nos podemos quejar, desde luego. Lo del Sporting nos vino muy bien, por cómo llegábamos y por lo que tenemos por delante. Y lo del Betis fue increíble. Pocas veces se gana 4-0 y menos fuera de casa. Lo disfrutamos a tope porque no sabemos si lo volveremos a repetir alguna vez.

No fue solo el resultado. ¿Estamos hablando del mejor partido de la temporada?

Fue un partido muy completo; de juego, de ocasiones... Yo creo que ha habido más partidos así esta temporada, aunque no con el mismo resultado. Y curiosamente creo que fue un gran partido pero al mismo tiempo el resultado puede ser un poco engañoso. Porque si Rubén Castro hubiera marcado esa ocasión en la primera parte...

Algo tendrán que dejarle a Asier Riesgo, que además está en un momento de forma excepcional.

Sí, sí, todo el equipo estuvo espectacular. Que Rubén Castro tenga un par de mano a mano y no marque es raro pero en este caso confirma que Asier está a un nivel increíble, como toda la temporada, salvando lo poco que le llega. En Sevilla todo el equipo estuvo a gran nivel.

Y corrigió uno de los defectos que estaba mostrando. Esta vez no sufrieron como tantas otras veces cuando se han adelantado en el marcador.

Bastante menos que en otros partidos, desde luego. El rival, sobre todo jugando en casa, y más teniendo que reaccionar, alguna vez te tiene que llegar. Pero lo cerramos bastante bien. Contra el Sporting ya se vio que acabamos de otra manera y contra el Betis, aparte de que el marcador se nos puso de cara pronto y eso ayuda, creo que, efectivamente, supimos manejar el partido.

Hace ya tiempo que lo estamos trabajando. A fin de cuentas, es un proceso. Somos un equipo joven, con mucha gente que tiene poca o ninguna experiencia. Y todo requiere un aprendizaje. Desde el principio hicimos algunas cosas muy bien y otras no tanto. Poco a poco vamos mejorando, por ejemplo el equipo va aguantando mejor físicamente, acabando mejor los partidos. De eso se trata, de ir siempre localizando los errores y mejorando, sin quedarse exclusivamente en lo bien que se hace una cosa u otra.

¿Cuál es el siguiente paso?

Ir con tranquilidad. Y con toda la humildad posible. Porque el día que no lo hemos hecho así, el día que no hemos sido un equipo, que no hemos salido con intensidad, nos han pintado la cara. Así que ya sabemos el camino que tenemos que seguir, sin creernos más de lo que somos. ¿Que así conseguimos los puntos de la permanencia en mes y medio? Perfecto, objetivo conseguido y a buscar otro. Pero sabemos para qué está concebido este equipo, cuál es nuestro objetivo y en qué nos tenemos que centrar sin despistarnos un ápice.

La mayoría de ustedes no estaba aquí la temporada pasada pero veo que tienen muy presente lo que sucedió.

Lo del año pasado es difícil que vuelva a suceder, aun intentándolo aposta. Pero es evidente que puede pasar porque pasó. Y esa experiencia nos tiene que servir, aunque la mayoría no lo viviéramos en primera persona, aprender de lo que pasó para no repetir errores y que no tropecemos con la misma piedra.

Ese es el discurso oficial. Muy comprensible, por otra parte. ¿Pero en el vestuario, sin micrófonos delante, se le dan tantas vueltas a lo sucedido el año pasado o reina el optimismo?

Las dos cosas. Es el discurso oficial, sí, pero es el discurso obligatorio para todos los que estamos porque es la realidad, hasta que no se consigan los puntos no se pueden lanzar las campanas al vuelo. Pero además confiamos mucho en nosotros, en que el objetivo se va a conseguir. La confianza es fundamental y sería inexplicable que no la tuviéramos, sobre todo viendo cómo van las cosas. Digamos que no se nos pasa por la cabeza repetir lo del año pasado pero tampoco escucho a ningún compañero diciendo que está hecho, que hay que mirar más allá... Y si escucho a alguno, le doy una colleja jajaja.

Hablando de despistes, la Copa ya está aquí de nuevo. ¿Un incordio o una oportunidad?

Entiendo que en algunos casos pueda suponer una molestia. Equipos que están muy necesitados en Liga, que tienen pocos jugadores disponibles... Pero para nosotros no lo es. Sobre todo porque gracias a los dos últimos partidos tenemos mucha confianza y, sobre todo, un buen margen de puntos que nos dan tranquilidad y eso nos permite afrontarlo como un reto atractivo, un torneo que nos ofrece la posibilidad de disfrutar de experiencias bonitas. Y que además va a permitir jugar a compañeros que están teniendo menos minutos, todos vamos a ser importantes.

Ya está pasando. El domingo hubo cinco cambios en la alineación y, lejos de resentirse, el rendimiento del equipo mejoró.

Claro. Pero se está viendo toda la temporada, no solo ahora, que los 23 tenemos un nivel muy parejo, que la plantilla al completo es muy competitiva. El míster confía mucho en el grupo, no solo en los que juegan más. Y el grupo está respondiendo porque hay rotaciones y el nivel se mantiene. Además, si no las hubiera, no podríamos afrontar, no ya este mes, sino la temporada porque al ritmo que jugamos, con la intensidad que metemos..., solo con once es difícil aguantar. Todos vamos a ser protagonistas.

¿También Keko lo seguirá siendo? Durante el partido del domingo un amigo me envió un mensaje diciendo que «firmaría ahora que se lo llevasen en junio». Quítele el miedo.

Jajaja dile que esté tranquilo. Ni el club, ni mi representante, ni yo tenemos noticias de ningún tipo. Yo solo sé que soy muy feliz aquí, que tengo contrato hasta 2018 y que mi intención es que mis hijos nazcan aquí. Somos muy felices aquí.