Arnaitz GORRITI
COPA 2016 - LABORAL KUTXA BASKONIA

Hanga y Causeur salvan de las meigas a los de Perasovic

Los seis triples del húngaro y el temple del escolta galo en los instantes finales salvaron a los gasteiztarras ante un duro Obradoiro.

OBRADOIRO 77

LABORAL K. BASKONIA 79


Seis días después de superar por 69-86 al Obradoiro en el Fontes do Sar, Laboral Kutxa Baskonia hubo de sufrir el triple. ¿Qué meigas rondan en el Coliseum de A coruña? Seis triples, seis, de Hanga, y un Causeur perfecto, cerrando el duelo con los tiros libres, liberaron de la brujería gallega al Baskonia.

Sorprendía con una zona de ajustes el Obradoiro en su primera defensa, convertida en individual tras la primera canasta. Y el primer susto se le atragantaba al cuadro gasteiztarra, ya que el conjunto galaico arrancaba con un 6-0, fruto de varias pérdidas no forzadas por las huestes de Velimir Perasovic.

Dos robos culminados por Causeur trajeron el empate a 6, y el despertador al Baskonia. La mala noticia de esta reacción fue la segunda falta de Adams. Por lo demás, los de Perasovic poco tardaban en quitarse la frialdad, ya que entre Causeur y Hanga lanzaban el marcador a 8-17, momento en el que Bourousis entraba a la cancha.

Y con el heleno en la cancha, hasta la circulación de balón mejoró, amén de dejar una preciosa canasta a la media vuelta en el poste bajo. No obstante, la diferencia baskonista era su intensidad defensiva. Sin recurrir a recursos como Moncho Fernández, los de Velimir Perasovic dificultaban el ataque del Obradoiro hasta el punto de impedirles cruzar el centro del campo con comodidad. El primer cuarto terminaba con un 12-24 en el luminoso, sumando hasta seis recuperaciones en el casillero baskonista.

Tal vez confiado en la facilidad de su victoria, la intensidad baskonista bajó varios grados en el segundo cuarto. Bourousis mostró en esos instantes su «reverso tenebroso», cargándose tontamente de faltas –y menos mal que los árbitros le perdonaron la técnica–, mientras que ni Mike James ni Adams lograban establecer el ritmo adecuado de juego. El propio Obradoiro, con Pepe Pozas a la cabeza, endureció su defensa, y solo las penetraciones de Causeur –el único con pinta de base anoche– y un matazo en penetración de Blazic –Moncho Fernández casi se come a Haws por su «defensa»– dieron algo de aporte ofensivo al marcador gasteiztarra. En cambio, el cuadro galaico se envalentonaba, y en tres jugadas lograba cinco puntos de la mano de Yusta y Brown –primer triple del Obradoiro, después de 10 intentos–, amén de sacarle la tercera falta a Adams. Perasovic, visiblemente cabreado, pedía tiempo muerto.

El 30-35 del descanso fue casi un mal menor. Un triple de Hanga y un taponazo de Diop a Yusta evitaban males mayores. La suficiencia con que había jugado la escuadra gasteiztarra en el segundo cuarto le había supuesto un serio aviso.

Hanga, ese tirador inesperado

El Obradoiro se fue encontrando cada vez mejor. Waczynski y Bendzius empezaba a tomarle la temperatura al duelo, sus defensas alternativas, pese a cargarse de faltas, el partidazo de Causeur y los triples de Hanga, causaban demasiados problemas, y en estas, un triple de Bendzius adelantaba al Obradoiro por primera vez desde el primer cuarto: 49-47.

Ni el tiempo muerto de televisión traía la lógica a un partido ilógico, que llegaba 60-58 al último cuarto, tras el fallo en un tiro libre de Triguero, el primero tras 27 tiros combinados, y un Hanga que firmaba 4 de 5 en lanzamientos triples.

Y llegaba el miedo a todo: a ganar, a perder, a irse a casa, a defraudar... mientras que los árbitros tocaban un «concierto de pito» en el que pitaban todo. Hanga al menos las metía, y una rocambolesca jugada terminaba con el húngaro empatando a 65.

McGrath –antes de caer lesionado– anotaba el 70-67, un triplazo lleno de sangre fría. El Baskonia se sobreponía a sus errores y Hanga remontaba con su sexto triple: 70-72. Una barrida de Tillie venía seguido de un «dos más uno» de Adams a pase de Bourousis. Y con 72-75, Tillie paraba a Waczynski y Causeur elevaba el 73-77. Brown enmendaba un tiro libre errado con un triple a la desesperada: 76-77 y tiempo muerto a 17 segundos.

Tiros libres para Bourousis. El heleno anotaba solo uno y Waczynski tuvo tiros libres de prórroga. Pero le tembló el pulso y metió el que no debía. Causeur cerraba el agónico. Alivio y a semifinales.