El reciente nombramiento de Eladio Jareño como sustituto de José Ramón Díez al frente de TVE ha propiciado una nueva oleada de protestas que, en esta oportunidad, ha sido protagonizada por el Consejo de Informativos del ente público. A través de un comunicado, el Consejo ha descrito este nombramiento como «otro paso atrás que impide la reclamada independencia y pluralidad de los medios públicos» y ha criticado el  perfil «partidista, censor y manipulador» del nuevo director.

Cabe recordar que en diciembre de 2014 ya se criticó el nombramiento de Jareño como director de RTVE en Catalunya, ya que era inconveniente por su cargo de coordinador de presidencia y comunicación del Partido Popular en Catalunya y una de las personas de máxima confianza de su presidenta, Alicia Sánchez-Camacho. En relación a este capítulo, el comunicado subraya que «el Consejo de Informativos de TVE entendía que con el nombramiento de Eladio Jareño como director de RTVE Catalunya, se producía un conflicto de intereses que perjudicaba directamente el deber de los profesionales de ofrecer una información rigurosa, neutral, imparcial, plural e independiente de cualquier grupo político, económico o de presión, como recoge el manual de estilo de RTVE». En cuanto al perfil de censor que acompaña a Jareño, este cobró forma a las pocas semanas de su nombramiento tras despedir fulminantemente a la periodista Cristina Puig tras quejarse de la falta de pluralidad de los invitados que acudían al programa que moderaba, “Debat de La 1”.

Perfil manipulador

El Consejo de Informativos no se ha callado al querer remarcar «el alto grado de manipulación ejercido por Eladio Jareño, el cual queda demostrado en los exhaustivos informes elaborados por el Consejo Audiovisual de Catalunya (CAC), que exponen cómo desde su designación como director de TVE en Sant Cugat, el Partido Popular de Catalunya ha experimentado una presencia creciente en los informativos de TVE-Catalunya, llegando a liderar el tiempo de pantalla en momentos puntuales sin justificación informativa alguna, a pesar de su pobre representación parlamentaria».