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RÍO DE JANEIRO

Morales y Correa denuncian intento de golpe en Brasil

El presidente de Bolivia, Evo Morales, pidió una reunión de emergencia de Unasur para evitar un «golpe judicial o del Congreso» en Brasil. También el presidente de Ecuador, Rafael Correa, alertó de la activación de un nuevo «Plan Cóndor contra gobiernos progresistas» y calificó de gravísima la situación en Brasil. «Ya no se necesitan dictaduras militares, sino jueces sumisos», resaltó en alusión a las actuaciones judiciales contra Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva.

El presidente boliviano, Evo Morales, pidió la convocatoria de una reunión de «emergencia» de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) para abordar la situación actual en Brasil y «evitar un golpe del Congreso o judicial». El viernes, el magistrado Gilmar Mendes, uno de los once miembros del Tribunal Supremo, suspendió de forma cautelar el nombramiento de Luiz Inácio Lula da Silva como ministro de Presidencia y le negó el fuero que otorga el cargo. Así mismo, ordenó que todos los procesos abiertos contra el expresidente sigan en manos del juez federal de Curitiba Sergio Moro, cuestionado por su falta de imparcialidad y por haber filtrado una conversación privada entre la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y Lula.

«Para castigar al Partido de los Trabajadores, para sacarlo, para enjuiciarlo, la derecha sudamericana y norteamericana quiere que dirigentes sindicales y obreros como Lula nunca más sean presidentes de un país», remarcó en un acto político.

Morales expresó su respaldo a Rousseff y Lula frente a la «campaña orquestada» contra ellos. «No están solos porque están los obreros, trabajadores y originarios para defender la democracia para el pueblo brasileño», exclamó. Afirmó que «ya no se utiliza el golpe de Estado porque hay otros métodos de la democracia occidental que tienen la misma finalidad, derrocar a los gobiernos democráticos latinoamericanos. Es lo que quieren hacer con Rousseff».

En términos similares se pronunció el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien alertó de un nuevo «Plan Cóndor para desestabilizar a los gobiernos progresistas en Latinoamérica».

«¿Usted cree que eso es casualidad? Es el nuevo Plan Cóndor. Ya no necesitan dictaduras militares, sino jueces sumisos y una prensa corrupta que incluso se atreve a publicar conversaciones privadas, lo cual es absolutamente ilegal», denunció. En una entrevista a una cadena local, Correa calificó de «gravísimo que se pretenda sacar a un presidente democráticamente electo y se judicialice la política. Es muy grave que un juez que no tiene legitimidad democrática pueda tumbar a un Gobierno, a un potencial candidato presidencial». Mostró su confianza en que Lula «vencerá y los pueblos latinoamericanos no permitirán un retroceso».

«La derecha tiene sed de venganza por los diez años en los que no ha podido levantar el teléfono para ordenarle a un presidente hacer tal o cual cosa. No solo quiere derrumbar lo logrado, también pretende perseguir a quienes desafiaron su poder», sostuvo Correa.

El viernes, el magistrado del Tribunal Supremo de Brasil Gilmar Mendes suspendió de forma cautelar el nombramiento de Lula como ministro del Gobierno y le negó el fuero que otorga el cargo. «La Presidencia le emitió una especie de salvoconducto para impedir el cumplimiento de una orden de detención de un juez de primera instancia», concluyó en su auto.

La decisión de Mendes, por ser miembro del Supremo –que hasta ahora ha recibido trece recursos contra la designación de Lula–, se impone a todas las sentencias de jueces de primera y segunda instancia sobre el asunto y tan solo puede ser revisada por el pleno de la máxima corte del país.

El Colegio de Abogados anunció que apoyará la apertura de un juicio político para destituir a Rousseff por «irregularidades» en la gestión del Gobierno.

El PT reclama el fin del juicio político contra Rousseff

El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) afirmó ayer que Brasil solo podrá recobrar la estabilidad si se abandona el juicio político con el que la oposición pretende destituir a la presidenta, Dilma Rousseff.

El presidente del PT, Rui Falcão, destacó que las manifestaciones del viernes a favor de la presidenta mostraron que «no hay estabilidad con los intentos de deposición del Gobierno. La estabilidad se da con el fin del golpe y del juicio político», dijo tras una reunión del PT para valorar las marchas.

En la manifestación de Sao Paulo, el expresidente Lula da Silva remarcó que en Brasil «no hay espacio para el odio». «Yo no quiero que quien votó a Aecio (Neves) me vote a mí; no quiero que quien votó a Dilma le vote a él; quiero que la gente aprenda de forma civilizada a convivir en la diferencia». «Nosotros, que luchamos contra la dictadura militar, no vamos a aceptar otro golpe», advirtió el expresidente, quien hizo alarde de su carisma y capacidad dialéctica.GARA