GARA
LAHORE

Un kamikaze provoca una masacre en un parque infantil en Lahore

Un atentado suicida causó ayer la muerte de al menos 69 personas y heridas a 290, entre ellas muchas mujeres y niños, en un parque de la ciudad paquistaní de Lahore, donde familias cristianas se encontraban celebrando la Semana Santa. Los talibanes asumieron la acción.

El grupo talibán Jamaat ul Ahrar, una escisión del principal grupo insurgente de Pakistán, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), asumió la autoría del atentado suicida que anoche causó la muerte a al menos 69 personas e hirió a 290 en un parque de Lahore, mientras familias cristianas se encontraban celebrando la Pascua. Un kamikaze hizo explotar las bombas que llevaba en el estacionamiento del parque Gulshan Iqbal junto a una zona infantil sobre las 19.00 hora local, explicó el portavoz policial, Mohamed Salim. Los equipos de rescate, con ayuda del Ejército, seguían trabajando.

Un portavoz de los servicios de rescate de la ciudad, Jam Sajjad, explicó a Efe que el parque Gulshan Iqbal tiene una gran extensión, con zona de actividades para niños, y que en el momento de la explosión el lugar estaba lleno de familias que van a pasar allí la tarde los fines de semana y entre las que ayer había muchas cristianas que celebraban la Pascua.

Las autoridades no informaron de la presencia de cristianos entre las víctimas, pero en su reivindicación al diario “The Express Tribune”, el portavoz del grupo islamista, Ehansullah Ehsan, asumió «la responsabilidad del ataque contra los cristianos que celebraban la Pascua». «Hemos estado esperando esta ocasión. Queremos decirle al gobernante PML-N y al primer ministro que hemos aterrizado en Punjab y le alcanzaremos», afirmó. El grupo enmarcó este atentado en una serie de operaciones bautizadas como Saut-ul- Raad (la voz del trueno), que continuarán a lo largo de 2016.

En Pakistán, grupos islamistas armados tienen como objetivo a la minoría cristiana que representa cerca del 2% de la población de este país mayoritariamente musulmán sunita de 200 millones de habitantes.

En los últimos años, varias iglesias han sido objetivo de ataques en Lahore, bastión del primer ministro, Nawaz Sharif.

Algunos cristianos también han sido acusados de ofensa al islam, crimen al que se aplica la pena de muerte, según la polémica ley sobre la blasfemia.

El de ayer es el mayor atentado desde el ataque del TTP a una escuela de Peshawar que causó 125 muertos en 2014.