M.I.
Altamira

El gran hallazgo de las primeras cuevas de arte rupestre del paleolítico superior

AHugh Hudson se le recuerda por su oscarizada película “Carros de fuego” (1981), sin que en su posterior carrera lograse ninguna otra realización equiparable o que se le acercara. Regresa ahora con una coproducción internacional consagrada a la memoria de Marcelino Sanz de Sautuola, que en realidad no fue el descubridor material de las cuevas de Altamira, pero sí su divulgador. Quien dio con el lugar en 1868 fue un cazador que seguía a su perro, y que le habló de su hallazgo al paleontólogo aficionado al que Antonio Banderas da vida en la pantalla. Este hizo varias expediciones buscando restos óseos, siendo su hija de ocho años la que vio por primera vez las pinturas. Fue ya a partir de 1879 cuando Sanz de Sautuola hizo pública la verdadera dimensión prehistórica del arte rupestre allí conservado, perteneciente al paleolítico superior, y con una antigüedad de entre 13.000 y 35.600 años.

“Altamira” se centra en la lucha del protagonista histórico por demostrar la autenticidad de las pinturas, al contar con la oposición de la Iglesia Católica, contraria a las teorías científicas de la evolución, así como de los expertos de la época.