Amaia U. LASAGABASTER

FÚTBOL Y ALGO MÁS EN UN MINUCIOSO REPASO A LA HISTORIA DEL EIBAR

Eibarrés, historiador y socio del Eibar desde 1968, «cuando los Beattles no se habían separado y el hombre no había pisado la Luna», es difícil encontrar a alguien más apropiado que Jesús Gutiérrez para recoger los 75 años de historia azulgrana, en un libro que acaba de ver la luz.

No hay un duro», fue el aviso hace tres años, cuando le propusieron recoger los 75 años de historia del Eibar en un libro. No le importó. Eibarrés, historiador y socio del Eibar desde hace casi cinco décadas, Jesús Gutiérrez se tomó el encargo como un regalo. Y, tal y como esperaba, ha sido «una gozada» escribir una obra que acaba de ver la luz. Más de 200 páginas, que recogen no solo la historia del club azulgrana, «sino la del fútbol en Eibar porque entendíamos que no se podía dejar fuera todo lo anterior a 1940», y que incluyen varios anexos con un sinfín de datos.

Ha sido esta, precisamente, la parte más penosa del trabajo, en la que el autor ha tenido que exprimir toda su experiencia profesional. «Ha sido una gozada pero, efectivamente, ha supuesto un gran esfuerzo. Sobre todo recopilar los datos antiguos. Pero al final hemos metido plantillas, eliminatorias de Copa, la aportación de los extranjeros... Muchos datos. Es una pequeña “biblia”», apunta con comprensible orgullo Gutiérrez que, pese a su vasto conocimiento previo, se ha encontrado con «historias y anécdotas realmente curiosas. Por ejemplo que Garate jugó en el combinado europeo en la despedida de Coluna y además metió un gol. O que aun tío con el que me cruzo todos los días, resulta que es el segundo máximo goleador de la historia en Segunda A».

El libro, lógicamente, no se reduce a una recopilación de datos. «Se mezclan la documentación y las vivencias personales» que, aunque amplias, se quedaban cortas. Destaca, en este sentido, «toda la historia previa a la guerra, y la propia fundación del club, que fue importantísima. Y toda la primera época en Segunda, con una figura importantísima como fue la de Antonio Corral, los dos campeonatos de España de aficionados...».

Tanto esas etapas, como las posteriores, se han vinculado, además, a la historia de la propia ciudad. «Porque el Eibar no se entiende sin Eibar. Teníamos claro desde el principio que la narración tenía que ir vinculada a la ciudad. Todas las etapas cronológicas del libro van introducidas por su contexto sociológico. El crecimiento de la villa, los nuevos barrios, la llegada de los inmigrantes, la industria, las restricciones, el crecimiento, la crisis... Nos parecía básico reflejarlo porque todo está relacionado. En ambas direcciones. Porque el equipo, por ejemplo, ha ejercido de catalizador, de esperanza... Como con la Bombonera en los años ochenta, en plena crisis, cuando se convirtió en una válvula de escape, de ilusión... Ese componente social había que remarcarlo», explica. Y, sobre todo, «porque no se pueden entender los valores peculiares del equipo si no van junto a los de la ciudad».

Valores que algunos pueden creer nuevos, con la repercusión, incluso internacional, del tan manido «modelo Eibar» en los últimos años, pero que nacen junto a la misma fundación del club, en el Bar Valle, hace ya tres cuartos de siglo. Gutiérrez explica que al investigar «sobre el Eibar de los cincuenta, que no conocía demasiado, cuando los cinco años en Segunda, una época en la que la villa empieza a crecer industrialmente, desarrollarse mucho económicamente, me llama la atención el paralelismo del proyecto del club en cuanto a la gestión, el perfil de los jugadores... Son futbolistas de Eibar, Elgoibar, cedidos de la Real... Un esquema muy parecido al Eibar de los ochenta y noventa. Y en cuanto a gestión, austeridad, proyectos, seriedad económica... Lo mismo». El «modelo Eibar», que es «el gran éxito de este club, con pequeñas variantes dependiendo de las épocas y las circunstancias, pero tiene un hilo común. Hay una unidad de acción que pervive desde entonces, independientemente de las personas y las épocas».

Y que no se circunscribe a lo que sucede de puertas adentro. También la afición, la ciudad, se mueve en esa misma línea. «El “qué” es importante, no cabe duda, pero aquí importa sobre todo el “cómo”», subraya. Se ve en la elección del famoso «once ideal» del 75º aniversario, «en el que Artetxe o Garmendia quedaron por delante de, por ejemplo, Xabi Alonso». O cuando, cómo sucedió en la presentación del libro, el pasado jueves, se cuestiona sobre ese «momento» inolvidable. «El del ascenso a Primera aparece siempre, no hay duda, y es lógico, pero de primeras mucha gente recuerda aquella salvación, aquel play-off, aquel homenaje, aquel sufrimiento...».

El propio Gutiérrez no es una excepción y, por eso, si le toca encargarse también del libro del centenario, no tiene dudas sobre lo que le gustaría incluir. «Que no hemos perdido nuestras señas de identidad. Que, independientemente de la categoría en que estemos, mantengamos nuestros valores, nuestra forma de ser y de hacer».