Pablo CABEZA
BILBO
Entrevue
LUKEN ETXEBERIA
GUITARRA DE RURAL ZOMBIES

«Hay que tirarse a la piscina y no hay que tener miedo a innovar»

Con la nueva década comienzan a proliferar en Euskal Herria formaciones con el sentido rítmico acentuado. Guías musicales bailables al estilo de clubes y discotecas. Es el reflejo tardío de lo que está ocurriendo fuera. Rural Zombies son parte de esa colorista oleada con el impecable «Bat».

La mayoría de estilos imaginables han tenido representación en la escena vasca, aunque fuera de forma puntual. Pero quizá, por su peso internacional, la música pop-rock bailable era un débito difícil de comprender, aunque sí de entender. Con el nuevo decenio, y sin olvidar pioneros, un grupo como Grises, de Zestoa, o Delorean desde Zarautz, diferentes, pero que podrían ir juntos de gira, se adelantan al costumbrismo musical y apuestan por introducir la incitación al baile en su apuesta. Conviene matizar que toda la música es bailable, obviamente, pero apuntar que los rockeros, los jevis, los punkis bailan no se ajusta a la temperatura histórica de a qué música se le ha llamado “bailable”. En cualquier caso si alguien quiere conocer qué se entiende por música bailable que escuche “Bat” (Warner-Get In) de Rural Zombies, sus diez canciones lo explican de forma muy gráfica y sonora.

Con todo, Rural Zombies son sutiles y elegantes con su propuesta, precisión necesaria, ya que en esto de la música rítmica hay mucho bastardeo y superficialidad. “Bat” es un reguero de potenciales singles, de canciones fieles a un patrón, pero que se diversifica gracias a la capacidad compositiva e instrumental de la banda, a la que se añade la dulce y envolvente voz de Julia Urreaga (tan solo 19 años), voz y sintetizadores. Además, a la carga pop extrovertida el quinteto de Zestoa añade atmósfera, carga neuronal que coloca en flotación al oyente y especifica el estuche musical de su sonido.

“Bat” es grande. Sus primeras ocho propuestas son de un dinamismo feliz sin quiebra. Los dos cortes finales relajan el ambiente y nos muestran su lado más oscuro, presente también, pero más licuado, a lo largo del disco, pero contrarrestado por el peso melódico y rítmico. Rural Zombies no es una banda de recién llegados, por lo que no tiene mucho sentido hablar de jóvenes que van progresando. Ya lo han hecho, pero, aun así, estos RZ no son lo mismo que vimos hace dos años en Bilborock, así que queda margen para que Julia Urreaga, voz y sintetizadores, Manu Rodríguez, guitarra, Luken Etxeberria, guitarra, Marcos Pérez, bajon y Aratz Etxeberria, batería, aún se expandan.

Rural Zombies cuentan con un directo ágil, visual y contagioso. Le suman un ep de presentación, “Stones”, un hit potencial muestra de otros muchos, y un disco grande, “Bat”, que es pura seducción.

De Malder, de complicada proyección, al potencial de Rural Zombies.

Rural Zombies es una especie de refundación de Malder, pero cambiando cosas muy importantes. El nacimiento del grupo fue fruto de una concatenación de acontecimientos que nos empujaron a tomar unas decisiones bastante drásticas. Por un lado sentíamos que los miembros de Malder evolucionábamos constantemente en lo creativo, mientras veíamos que la banda como conjunto, por estilo y cosas así, se quedaba atrás. Empezamos a sentir que Malder suponía un corsé estilístico que nos limitaba a la hora de crear, por que el avance creativo personal de cada uno en el aspecto musical era más rápido que el avance que podíamos darle a una banda de esas características. Eso nos llegó a desmotivar, y Malder pasó a ser un grupo que tocaba una cosa en directo, pero a la hora de los ensayos dedicaba el tiempo a crear canciones que, en la práctica, no tenían cabida en el grupo. Pero ese tipo de canción era lo que nos divertía, lo que nos brotaba sin ningún tipo de corsé. Al final, lo que salía en los ensayos, era en el fondo, lo que realmente queríamos hacer. Luego, un día, escuchamos a Julia cantar, y nos encantó. Gaskon, el que era batería de Malder, y hoy en día batería de Grises, no podía compaginar ambas formaciones, por lo que era inevitable su marcha. Y ante semejante panorama, quedamos un día en el local, hablamos largo y tendido, y decidimos que había que cambiar todo. Se decidió que había que probar a Julia a las voces. También decidimos que queríamos tocar aquello que nos gustaba hacer, aquello que nos brotaba. Ser libres creativamente, y experimentar con la música. Y de esta forma, se decidió dar una vuelta de tuerca a todo, y refundarnos como otro grupo, que, al final, se pasó a llamar Rural Zombies. Por aquel entonces todos los miembros vivíamos en Zestoa, y ya conocíamos a Aratz, que es también del pueblo, por que había tocado con Nuke, y con otros grupos. Bendita época aquella donde Julia residía en Aizarna (un barrio de Zestoa), y los demás en el pueblo. Porque hoy en día Julia está en Barcelona, Marcos en Madrid y los otros tres en Zestoa. Y todo es más complicado así.

Grises fue uno de los primeros en apostar en Euskal Herria por esta especie de pop-dance con toques sintes, indie-rock… Si en la producción está Eñaut Gaztañaga (Grises) apostamos que no es por la comodidad del vecinazgo, sino por su inequívoco talento.

La influencia que ha ejercido Eñaut sobre el grupo es muy grande. Para empezar, como productor, ha definido nuestro sonido. Le ha dado sentido, lógica. Ha hecho un trabajo espectacular, y ha conseguido dar un orden lógico a los diferentes sonidos que nos salían en el local. Pero, por otro lado, tanto Eñaut como Grises, nos han enseñado que se puede hacer otro tipo de música aquí. Nos han hecho ver que hay que tirarse a la piscina, y que no hay que tener miedo a innovar. Por todo esto, tenemos muchas cosas que agradecerles. Y, además, cada día somos más los que hacemos este tipo de música, por lo que tenemos la esperanza de que esto vaya cuajando poco a poco en Euskal Herria.

El más bailongo de la banda es Marcos Perez, quien, además, defiende muy bien su capa de ritmo. A Julia le está costando dejar atrás su timidez, pero ya baila y se desmadra, o casi. ¿Están ya en el punto dulce de equilibrio musical y formas?

Aún hay muchas cosas que queremos mejorar, y creemos que hay que seguir trabajando en ellas. Tenemos que mejorar el aspecto de interactuación con el público, creemos que todos podemos transmitir aún más. En las fases del concierto que son más de baile es muy fácil transmitir, porque nos ponemos a dar botes, y la gente se puede contagiar fácilmente. Pero no todas nuestras canciones son bailongas. Algunas son más oscuras, o minimalistas. Y creemos que, en este tipo de canciones es bastante más difícil transmitir sensación al público. Y este aspecto creo que lo tenemos que mejorar. Queremos que el público disfrute del baile cuando toca, pero también de los matices y el minimalismo cuando las canciones no son tan de baile.

¿Tiene nombre ese estilo de guitarra como si fuese una especie de arpegio continuo a dos o tres cuerdas con eco y que tanto define el sonido de Rural Zombies?

Pues no sabemos si tiene nombre. Es un recurso que hemos escuchado a otros grupos, pero quizá sí es verdad que nosotros hemos abusado más de ello. Foals lo hace, sin ir más lejos. El grupo Maps & Atlases tiende a hacerlo también. No sé. A nosotros una vez nos salió así, nos gustó, y tiramos de ello.

¡Y el bajo en directo por encima de las guitarras!

En directo sí que es cierto que el bajo suele salir más que las guitarras, porque damos mucha importancia a la base rítmica, y nos parece esencial que la tónica de la base armónica quede bien marcada. Por que hay ratos donde el bajo es el único instrumento que marca el acorde dando la tónica. Y esa nota tiene que salir, sino, sencillamente, la canción queda sin armonía. Otra cosa es que, quizá de cara al directo, tengamos que conseguir dar más presencia a las guitarras. No tanto tirar el bajo para atrás, sino sacar un poco más las guitarras.

Tocan este año en el BBK Live con un cartel donde tienen mucho que ver. Foals quizá en especial, pero...

Bueno, vamos a estar en el BBK Live, y es algo que nos ha hecho muchísima ilusión. Estar en un festival donde tocan tus grupos de referencia es la leche. Solo poder verlos ya nos parece impresionante, pero ya contar a nuestros futuros hijos que estuvimos en cartel con semejantes bandas va a ser increíble. En realidad, no deja de ser una tontería, pero nos sentimos absurdamente orgullosos de ello. Es que Foals, Arcade Fire, Pixies, M83, New Order, Chvrches, Tame Impala… Vamos, que poder estar ahí va a ser una locura.