A. G.
NBA

Los Warriors, a la Final tras la enésima demostración de fortaleza mental y física

Los de Oakland son la tercera franquicia campeona en ejercicio que voltea un 1-3, que para ganar 96-88 debieron remontar 13 tantos de desventaja.

«Definitivamente, el esfuerzo que ha tenido que hacer para remontar el 1-3 adverso y meterse en la Final es lo más grande que jamás ha hecho este equipo». Son palabras de Draymond Green, ese «chico para todo» de los Golden State Warriors que, según dice, ha mejorado en todas las facetas de juego fijándose en los partidos de la WNBA, tanto en las cualidades técnicas como el esfuerzo físico de las chicas.

Y, seguramente, también el esfuerzo mental. Porque estos Warriors volverán a verse las caras con los Cleveland Cavaliers en la Final después de superar en el desempate por 96-88 a unos Oklahoma City Thunder a los que les espera un futuro incierto, ahora que Kevin Durant es agente libre.

OKC ha tenido la victoria en la Final de la Conferencia Oeste en la mano, pero los californianos han sido capaces de voltear el 1-3 adverso, algo que solo se había dado en 9 de 232 ocasiones, y solo en dos ocasiones por parte de campeones en ejercicio –los Washington Bullets en 1979 y los Houston Rockets en 1995–. Más aún, en el segundo cuarto, Oklahoma llegaba a ganar por 22-35, después de un mal inicio de Klay Thompson. Y aun así se agarraron al partido y remontaron.

Una altísima bandeja con la izquierda sobre la bocina de Stephen Curry dejaba el marcador 42-48 al descanso, lo que significaba que los Warriors seguían la estela de los Thunder, después de una primera mitad crítica. Tras el descanso, con tres triples seguidos del propio Curry, los buenos minutos del banquillo californiano y el cansancio de Oklahoma, los Warriors tomaban la delantera para delirio del Oracle Arena después de un parcial de 29-12: 71-60.

«No hay victorias morales»

Oklahoma tampoco se rindió. Con el viento a favor, Draymond Green elevaba un 88-77 casi definitivo, pero Durant dijo que aquello no había terminado. Un parcial de 2-9 ponía el 90-86 en el luminoso.

«No hay victorias morales. Hemos tenido el triunfo al alcance y se nos ha ido», confesaba Durantula, abatido pese a haber eliminado a los Spurs –67 triunfos– y haber llevado al límite a los Warriors –73 y récord de la Liga Regular–. Curry acababa de sentenciar la eliminatoria con seis puntos consecutivos, para firmar 36 tantos y llevar a los Warriors a la Final.