Iñaki TELLERIA
LENS

Turquía encuentra en su amor propio las opciones de clasificarse para octavos

R. CHECA 0

TURQUÍA 2


Turquía, un combinado que parecía muerto, resucitó ayer a costa de la República Checa y sumó los puntos y marcó los goles que, en función de lo que ocurra hoy en la última jornada de la primera fase, puede meterle en octavos de final como uno de los mejores terceros.

Turquía empezó el partido apretando más, aunque tampoco tanto como para que lograra el premio gordo del gol en su primer contragolpe claro. Yilmaz lo culminó a la perfección. Verse fuera de octavos obligó a los de Pavel Vbra a estirar las líneas y desperezarse antes de los previsto, con lo que desde el gol hasta el descanso nos encontramos con un juego que iba ganando en intensidad. Los checos, que se impusieron en la posesión del balón (61% contra 39%), la tuvieron en un cabezazo de Sivok al palo, pero todos sus acercamientos a la zona de influencia del meta Babacan fueron infructuosos.

Por contra, los entrenados por Terim, replegaron ligeramente las líneas y se dedicaron a utilizar la velocidad de Mor para sembrar el terror en cada una de sus arrancadas. Tras el descanso, el encuentro se encaminó por los mismos derroteros, con la República Checa más arriba y Turquía al acecho.

En éstas, cuando más cerca parecía el empate, llegó el rechace en el área que remató con con fuerza Tufan ante un Cech al que se le encogieron los brazos. Este gol dio la vida a los turcos –les empezaban a salir las cuentas del gol average – y terminó matando a los checos.