Con algo más de holgura que hace tres días en Angers ante André Greipel, Mark Cavendish demostró ayer ser el hombre más rápido del pelotón ante Marcel Kittel y se endosó su tercera victoria parcial en la presente edición del Tour que, además de para confirmar su segunda juventud, le sirve para superar con 29, el número de victorias en la ronda gala que poseía Bernard Hinault. Ya solo Eddy Merckx, con 34, supera al de la Isla de Man que, con los 50 puntos de ayer, también arrebató el maillot verde de la regularidad a Peter Sagan.

Con todos los matices que se le quieran poner a que todas estas etapas hayan llegado en sprints masivos, basta recordar que el siguiente en la lista de victorias parciales, ahora ya tras el Caimán es Andrè Leducq y tras el viene Andrè Darrigade, el velocista que más se aproxima a Cavendish, con un total de 22 triunfos.

Además, lejos de aquellos tiempos en los que se quejaba de que el Sky no gastara ningún gramo de energía en prepararle las llegadas, ha aprendido a pelearse solo, con apenas la ayuda del australiano Mark Renshaw, en la cabeza del pelotón. Ayer es cierto que la organización en el resto de equipos tampoco fue la mejor, destacó el trabajo realizado por Direct Energie para Coquard, pero su duelo directo fue con un Marcel Kittel que sí tuvo una mejor aproximación por parte del Etixx, pero que fue superado por Cavendish en el mano a mano. El también británico Daniel McLay (Fortuneo), fue el tercero en la llegada de Montauban, en una jornada marcada por el sofocante calor y de enlace con los Pirienos.

De salida, la etapa presentaba alternativas para todo tipo de corredores, ya que los tres pequeños puertos ofrecían opciones también a rodadores y aventureros. Sin embargo, entre la temperatura y unos la cercanía de unos Pirineos que ya se empiezan a sentir, la carrera tomó el guión de estos primeros días, con una fuga de inicio y una llegada masiva.

Dos valientes

Aún y todo, hubo dos valientes que dieron algo de emoción a la carrera casi desde su inicio; el checo Jan Barta (Bora) y el japonés Yukiya Arashiro (Lampre), que se liaron la manta a la cabeza y probaron suerte. El primero un fijo en las fugas, probó por enésima vez; y el oriental, otro valiente, formado en el Estado francés, que hizo historia en 2012 cuando se convirtió en el primer corredor nipón en terminar un Tour.

Por detrás, nadie se alteró en exceso. Por aquello de llevar al líder en sus filas, fue BMC el que se encargó de mantener a raya a los dos fugados, que en ningún momento llegaron a tener la convicción de poder alcanzar la gloria en Montauban.

La aventura de Arashiro y Barta terminó a 22 kilómetros de meta, dando comienzo a una lucha por tomar la cabeza del pelotón en la que se inmiscuyó hasta el Sky, un comportamiento que está creando descontento entre los equipos de los velocistas que reclaman un terreno, hoy por hoy, de Cavendish.

El Col de Aspin abre las puertas de los Pirineos

El Tour entra hoy en la alta montaña por la puerta del Col de Aspin, la primera subida importante de la edición, que supone también la primera dificultad montañosa del tríptico pirenaico.

Tras un primer contacto con los porcentajes ascendentes en el Macizo Central, la carretera comienza a empinarse de verdad en una etapa técnica, corta y nerviosa que se resolverá en las pendientes de Aspin.

Las ascendentes como su descenso hacia el lago de Payolle, apenas siete kilómetros de bajada para especialistas, que matizará un poco a los escaladores. Pero todo apunta a que el ganador saldrá del grupo de los que coronen en cabeza el puerto, cuyo ascenso comenzará tras 143 kilómetros sin dificultades. Nunca había estado tan cerca de meta este puerto de 12 km y con pendientes medias del 6,5%, aunque algunos tramos mucho más duros en su parte media.GARA