Valentín Blasco Alberdi, Antonio Esparza Muro, Tiburcio Pastor Fernández, Eloy Resano Caparroso, Juan Sanz Preciado y Félix Vergara Rodríguez fueron seis de los 131 vecinos de Lodosa asesinados tras el golpe militar de 1936. Diversos testimonios sitúan su fusilamiento en un lugar conocido como Humilladero de Arquijas, en el término municipal de Zuñiga. Un enclave en el que ayer, a iniciativa del Colectivo Gurugu Taldea y con el apoyo de los Ayuntamientos de Lodosa y Zuñiga y del Gobierno de Nafarroa, se instaló un monolito de homenaje.

En el acto de ayer tomaron la palabra algunos de los familiares de las víctimas, algunas de las cuales eran o habían sido miembros de la corporación municipal. También participaron los alcaldes de las dos localidades implicadas, Pablo Azkona (Lodosa) y Pedro Oteiza (Zuñiga), así como la portavoz del Gobierno de Nafarroa, Ana Ollo, y la diputada de EH Bildu Bakartxo Ruiz.

El acto, que estuvo amenizado por el cantautor Paco Marín y concluyó con un aurresku, sirvió para inaugurar el monolito en el que una placa recuerda a los seis fusilados de Lodosa con unas palabras bien conocidas: «Mañana cuando yo muera / no me vengáis a llorar / nunca estaré bajo tierra / soy viento de libertad».