Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Mascotas»

La revuelta de las mascotas destronadas

Cabría tener en cuenta un dato tan demoledor como contundente: “Mascotas” ha sido el mejor estreno de la historia en Estados Unidos, con 103 millones de dólares, para una película que no es secuela o remake o reboot, sino una idea original. De esta manera la nueva producción animada de Yarrow Cheney y Chris Renaud –respaldados por Illumination Entertainment de la compañía Universal– ha dinamitado el record de “Del revés” (“Inside Out”), de Pixar.

Buena parte de este incontestable récord se debe, en buena parte, al filón que supuso la aparición de las diminutas criaturas conocidas como Minions, las cuales lograron primero su propósito de eclipsar a la que, en teoría, era la estrella de la primera película en la que aparecieron, “Gru, mi villano favorito”.

Teniendo presentes estos datos, la aportación de “Mascotas” al pujante género de la animación no resulta en absoluto revolucionaria y ello la dista de las películas de la factoría Pixar. En su beneficio cabría decir que el filme no engaña en absoluto y da de sí lo que promete, un buen puñado de minutos salpicados de diversión, emotividad y un gran talento técnico. Teniendo siempre presente la vía que estableció el visionario John Lasseter a la hora de descubrirnos la vida privada de los muñecos en la iconográfica “Toy Story”, el dúo Cheney-Renaud ha desarrollado una historia divertida en la que seguimos de cerca el periplo de una singular cuadrilla de mascotas que, desterradas del limbo doméstico en el que un día gobernaron, optarán por planificar una revuelta contra esos dueños humanos sin corazón.

Dentro de su equilibrado conjunto, destaca el cuidado perfil de un bestiario repleto de divertidos matices y un encadenado de secuencias dotadas de gran vigor narrativo y visual que engarzan con los clichés habituales del género de la comedia clásica y la pura y simple diversión festiva.