Jakes PARROU
DONOSTIA
A VISTA DE CATALEJO

Tormenta a la búlgara en La Kontxa . ASTE NAGUSIA

Ya dice el ilustre alcalde que el problema de Donostia es el dichoso tiempo. No hay más que acordarse del diluvio universal que cayó la primera noche festiva del año pasado, en pleno prime time pirotécnico. O la galerna de hace dos años, que casi se lleva La Flamenka entera a mar abierto. Este año el incordio ha sido más bien estilo gota malaya, tac-tac-tac, pero el caso es joder; cuatro tantas por aquí, un chaparroncito por allá, un rato de xirimiri a temperatura baño María, ahora te pongo una tormenta de minuto y 17 segundos pero espera que para cuando te pongas a cubierto ya ha salido el sol...

Los y las autóctonas, eso sí, son gente precavida y templada, además de elegante y distinguida. Hay que serlo para irse a la playa con bañador, chanclas, toalla, abanico, auriculares, crema, cubo, pala, rastrillo... y paraguas. Vamos, como los navarros y alaveses con su chaquetita por si refresca, pero con un toque más de glamour. Todo sea por la causa. Ya lo dijo el sabio; siempre que llueve, escampa.

Pero tormenta-tormenta, de las que ves venir tronando desde Getaria, es la que arrasó Donostia a eso de las 23.00 del miércoles. Y todo porque en los fuegos ¡no hubo traca! Allí se armó una que ríete de 1813, las procesiones de la Salve y los pollos de Korta en las regatas, todo junto: amonas pidiendo la cabeza de Gasco, padres inundando de cartas el buzón de DV, niños traumatizados de por vida, ¡gente que decidió volverse a casa sin el cucurucho!... Digo yo que tampoco es para ponerse así.

Sugerente sí sonaba la casa del lío: Enigma Fireworks. Pero bueno, también era de lo más cool Hansel Cereza y la lió parda en la inauguración de la Capitalidad. No ayudó a enfriar el ambiente conocer que la pirotécnica venía de la lejana Plodvid, y es que ahí lo único auténticamente a la búlgara era el veredicto colectivo. No hay kasketa más típicamente donostiarra que la que generan los dichosos fueguitos. Y todavía decía Goia cuando lo del Cereza que lo fácil habría sido echar unos fuegos y todos tan contentos. Pues no sé yo...