François Fillon gana con gran ventaja y disputará con Juppé la segunda vuelta
Contra lo que auguraban los sondeos, el ex primer ministro François Fillon ganó con una gran ventaja la primera vuelta de las primarias en la derecha francesa y disputará la segunda con Alain Juppé. El derrotado Nicolas Sarkozy pidió el voto para Fillon en la segunda vuelta.

El ex primer ministro François Fillon venció con una gran ventaja la primera vuelta de las elecciones primarias en la derecha francesa, al obtener el 43,7% de los votos según el escrutinio al 75%. Disputará la segunda vuelta con el también ex primer ministro Alain Juppé (27,8%) El expresidente Nicolas Sarkozy, que logró el 21,7%, queda excluido de la posibilidad de volver al Elíseo y admitió su derrota al tiempo que pidió el voto en la segunda ronda para Fillon, de cuyas ideas políticas dijo encontrarse «más cerca».
Los otros cuatro candidatos quedaron a una gran distancia y por debajo del 3% de los votos. La inédita elección primaria en la derecha estuvo marcada por una gran movilización de los electores con entre 3,9 y 4,3 millones de participantes, según una proyección a la hora de cierre de las oficinas electorales.
El electorado de la derecha es consciente de que quien sea elegido candidato tiene grandes opciones de ser el próximo presidente, dada la impopularidad y las divisiones en el PS, que amenazan con dejarle eliminado en la primera vuelta de las presidenciales, en abril de 2017. Si eso sucede, el duelo final podría ser entre el ganador de la segunda vuelta de estas primarias, que se conocerá el próximo domingo, y la ultraderechista Marine Le Pen.
Fillon, que parecía al margen del duelo Juppé-Sarkozy, ha roto los pronósticos con una fulgurante progresión en los sondeos en los últimos días. Su proyecto es neoliberal en los aspectos económicos y conservador en las cuestiones sociales. Entre sus propuestas se encuentran suprimir medio millón de empleos públicos, vuelta a la jornada laboral de 39 horas y reformar la ley que regula el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Juppé se había presentado como una opción moderada, rechazando «correr» detrás del Frente Nacional o «llamar al pueblo contra las élites». Sus detractores criticaron su campaña plana, «un poco provinciana».
Sarkozy se había mostrado como defensor de la «mayoría silenciosa» y centró su discurso durante la campaña en la autoridad, la seguridad, el islam y la inmigración, una postura que reactivó el frente «todos menos Sarko» que ya le había privado de la victoria en 2012.
«Pensaba dar mi voto por ‘antisarkozysmo’ a Alain Juppé, pero he cambiado y he decidido votar por François Fillon, me identifico más con su estilo», explicaba Gérard, un elector lyonés de 65 años. «¡Fillon presidente!» gritaban con alegría militantes y simpatizantes en el bar Le Dauphine, de Paris, cuartel general del ganador.
Fillon dirigió durante muchos años en la sombra el gobierno del omnipresente Sarkozy que lo calificaba como «un colaborador». «El jefe soy yo», insistía el expresidente en 2007. Una década después se ha desecho de la tutela de Sarkozy y dice tener una sola obsesión, «la soberanía nacional» y el lugar de Francia en la escena mundial.

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