Pablo RUIZ DE ARETXABALETA

Fillon advierte de que «nuestro país está al borde de la revuelta»

El aspirante favorito para ser el candidato de la derecha francesa a la Presidencia del país, François Fillon, advirtió de que «nuestro país está al borde de la revuelta» en un debate con su rival en la segunda vuelta de las primarias, Alain Juppé. Ambos plantearon un modelo similar que el primero quiere acometer con más dureza y rapidez.

«Nuestro país está al borde de la revuelta. Esto se manifiesta por la tendencia cada vez mayor de ir hacia extremismos o revueltas sociales». Desde el primer minuto del debate televisado con su rival, Alain Juppé, el ex primer ministro François Fillon se mostró con la imagen de dureza que le ha llevado a convertirse en el favorito de la derecha francesa para la segunda vuelta de las elecciones primarias, el próximo domingo.

Fillon prosiguió suscitando la alarma y se dio «tres meses de plazo para evitar la revuelta». En ese tiempo aseguró que sus ministros acometerán las reformas necesarias seguidas de «referendos fundamentales» que las avalen. «Si no somos capaces de cambiar las cosas en esos tres meses, corremos el riesgo de que gane el extremismo», advirtió. Fillon subrayó que en sus primeros cien días se centrará en reformar, sobre todo la legislación laboral.

Y en este aspecto, como en casi todo el debate, quedó claro que ambos candidatos comparten el mismo modelo, más allá de la «dureza» del programa de la que alardeó Fillon. «Nuestro programa es más radical y puede que más difícil», dijo, frente a Juppé que dijo querer «reformas profundas...sin brutalidad».

Así, ambos dejaron claro que quieren retrasar la edad de jubilación a los 65 años y acabar con la jornada de 35 horas. Fillon negó que quiera imponer las 48 horas, tachándolo de «caricatura», pero admitió que ese sería el máximo, dejando la ampliación de jornada a la negociación. «No es un deseo, solo un limite legal», aseguró.

Juppé, por su parte, plantea que, si no se alcanza un acuerdo sobre este tiempo de trabajo, el empresario pueda imponer una jornada de hasta 39 horas.

Respecto a las acusaciones de querer romper el modelo social, Fillon se defendió diciendo que «ese modelo social ya no existe» porque «genera dos millones de parados y no garantiza una vivienda a los franceses», asegurando que su intención es que se cree empleo. Juppé señaló que la amenaza al modelo «es la política que se ha llevado a cabo en los últimos años, por lo que apostó por reformas para consolidarlo.

En un momento del debate, Fillon atacó a su adversario por su flanco más débil, al afirmar que «un presidente y sus ministros deben tener un comportamiento ejemplar» y subrayó que «no se puede dirigir un ministerio cuando se tiene sobre la espalda la sospecha de un proceso judicial». Juppé, condenado en 2004 por malversación de fondos, acusó el golpe. «Fui condenado, he pagado y los franceses me han renovado su confianza en varias ocasiones», se defendió, afirmando que aplicará «las leyes que existen».

Fillon suavizó luego el tono afirmando que «nunca ha dudado de su capacidad para dirigir el país».

La derrota de Sarkozy puede ser su entrada en los negocios

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