Dabid LAZKANOITURBURU

Nervios en el FN ante la candidatura de Fillon; la izquierda, a la deriva

El ultraderechista Front National (FN) transpira cierto nerviosismo frente a una derecha extrema en ruta hacia las presidenciales de 2018 bajo el liderazgo de François Fillon. La izquierda y el PS en el Gobierno muestran tal desunión que se vaticina un suicidio político.

Ante una derecha escorada al extremo y unida y una extrema derecha que es ya primera fuerza y podría como mínimo repetir el éxito de 2002 y llegar a la segunda vuelta, la izquierda, incluyendo al PS –que ya es incluir–, vive una situación cainita que augura su suicidio político.

Las primarias de todo el espectro político que va desde el PS a la izquierda están previstas en enero. El presidente, Françóis Hollande, no deshojará la margarita sobre si se presenta o no hasta diciembre. Y eso que su popularidad está por los suelos.

Su primer ministro, Manuel Valls, no oculta su intención de hacerle la cama y se declara dispuesto a presentarse. Ambos se reunieron ayer en su desayuno quincenal tras sucederse rumores sobre una inminente dimisión de Valls. Por si todo esto fuera poco, su ex ministro de Economía, Emmanuel Macron, lidera una candidatura «ni de izquierda ni de derecha» con un 10% de apoyos en las encuestas.

Izquierda y ecologistas

El cainismo no es exclusivo del PS. El Front de Gauche se desangra igualmente en un momento político que debería servir a la izquierda de catapulta.

Al punto de que su candidato, el diputado Jean-Luc Mélenchon, exdirigente del ala izquierda del PS y en su día ministro en el Gobierno de Lionel Jospin, creó a principios de año el movimiento La Francia Insumisa y anunció en julio la defunción del Front de Gauche. Su anuncio provocó numerosas críticas en sectores que le acusan de ser miembro del establishment.

Pese a ello, las bases del histórico Partido Comunista Francés decidieron el pasado sábado apoyar la candidatura de Jean-Luc Mélenchon desoyendo el criterio de la dirección de la formación, que apostaba por una candidatura independiente. El ajustado resultado de la votación (54-46) evidencia una profunda división entre las bases de la formación.

Finalmente, tampoco las primarias de Europe Écologie-Les Verts (EELV) han terminado de despejar las cosas.

El eurodiputado Yannick Jadot venció en las primarias frente a Michèle Rivasi, pero esta última ya le advirtió de que ni se le ocurra negociar con el todavía gobernante PS.

El aludido insiste en que será el candidato verde a las presidenciales. Pero para ello deberá conseguir primero los 500 avales para formalizar su candidatura. Y, en todo caso, deberá dejar de oír los cantos de sirena del PS. Con la amenaza además de otros dirigentes verdes de formalizar su candidatura a modo de protesta.

El FN pasa al ataque

«Sumisión a la UE», «Mascarada»... La extrema derecha multiplica los ataques contra Fillon, en una muestra de nerviosismo ante un conservador con un discurso autoritario que podría morderle electorado.

La líder del FN, Marine Le Pen, no esperó al anuncio de su triunfo para lanzar sus dardos. «Es el peor programa social que haya visto nunca... Nunca un candidato ha ido tan lejos en la sumisión a las exigencias ultraliberales de la UE», reiteró la líder ultra, enarbolando un discurso social.

Uno de sus lugartenientes, David Rachline, recordó el pasado de Fillon como primer ministro de Nicolas Sarkozy entre 2007 y 2012.

Oficialmente, su candidatura no plantea problema alguno al discurso antiélites y anti-UE de un partido que se presenta como defensor de los franceses frente a la globalización y el liberalismo económico.

Pero su discurso identitario y securócrata, amén de islamófobo e integrista católico, puede frenar la progresión reciente de la extrema derecha.

Rusia saluda exultante su victoria y Alemania mira de reojo

Los medios rusos saludaron el triunfo de Fillon. El presentador estrella de la cadena pública rusa Vesit y principal voz mediática del Kremlin, Dimitri Kisselev, interrumpió su programa en la noche del domingo para dar la «buena nueva».

«Las fuerzas de derecha toman el relevo en toda Europa», se entusiasmó el presentador del informativo de la otra cadena pública rusa, Pervy Kanal.

«Fillon es el más pragmático de los candidatos en política internacional», se felicitaba la agencia oficial rusa Ria Novosti.

«Es más cercano a los electores que Alain Juppé en muchos temas: lucha contra el Estado Islámico, matrimonio gay y Rusia», se solazaba en su cuenta de Twitter el diputado del Consejo de la Federación, cámara alta del Parlamento ruso, Alexei Puchkov.

«No creo que se pueda decir que Fillon es un candidato prorruso. Es ante todo un candidato profrancés», matizaba Sergei Fiodorov, del Instituto de Europa de la Academia Rusa de Ciencias (RAN).

Fillon defiende un acercamiento a Rusia, el fin de las sanciones y una alianza con Moscú contra el ISIS.

Esa posición crea cierta inquietud en Alemania, y concretamente en la canciller, Angela Merkel, ya preocupada por el acercamiento anunciado entre el presidente electo de EEUU, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Y no solo la firmeza alemana contra Rusia en torno a Ucrania les separa. La defensa de Fillon de una Europa de Estados choca con la visión más federalista alemana, al igual que su xenofobia contra los refugiados.

Por contra, las recetas económicas de Fillon son un regalo a los oídos de Alemania, que a ese nivel lo compara más con Gerhard Schröder que con Thatcher. Y no hay que olvidar que todo presidente francés que no sea Le Pen será bienvenido en Berlín.GARA