«Esto es una aceleración militar. No puedo decir cuánto tardará (en caer) el este de Alepo», afirmó el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan De Mistura, quien, durante su comparecencia en el Parlamento Europeo, insistió en el aumento constante de los ataques y bombardeos.

El responsable de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O’Brien, calificó la situación como «alarmante y terrorífica», sin hospitales en funcionamiento y con los alimentos prácticamente agotados. «Es un lento descenso a los infiernos», coincidió la portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PAM), Bettina Luescher.

O'Brien, indicó que unos 16.000 civiles que vivían en las áreas del este de Alepo conquistadas por el Ejército sirio en los últimos días han escapado y buscan desesperadamente refugiarse en lugares más seguros.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó a 27.000 la cifra de personas que han huido de sus hogares.

De ellos, unos 15.000 civiles se han desplazado a barrios centrales y sureños de la mitad oriental de Alepo, todavía controlados por la oposición, donde se alojan en portales de edificios y refugios temporales, mientras que los otros 12.000 se han trasladado a distritos dominados por las fuerzas gubernamentales y al área de Sheij Maqsud, en poder de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada kurdo-árabe.

En los últimos días el Ejército y las FSD han arrebatado a facciones islamistas y yihadistas el control de once zonas del noreste de Alepo, partiendo en dos la zona bajo control rebelde que lleva asediada desde julio pasado por las fuerzas de Damasco. Ayer los soldados, respaldados por la aviación siria y rusa, tomaron amplias partes de los distritos de Al-Yazmati y Al-Masarania, en el sureste, con lo que intentan garantizar la seguridad en el aeropuerto de Alepo, bajo el control de Damasco. Al menos diez personas murieron y decenas resultaron heridas por bombardeos contra el barrio de Bab al-Neirab. Ante esta situación el Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto reunirse a petición del Estado francés.