El expresidente de Gambia, Yahya Jammeh, que, bajo la presión internacional y la amenaza de una intervención militar –con las tropas de una fuerza militar regional ya desplegadas en el país–, accedió a ceder el poder a su sucesor, Adama Barrow, se encontraba ayer aún en Banjul, aunque había aceptado salir del país. Se esperaba que un avión mauritano presente desde la tarde en la pista del aeropuerto trasladara al presidente por la noche a Guinea, a la vez que Barrow entrara en Gambia. El acuerdo alcanzado ofrece «todas las garantías» a Jammeh, su familia y sus seguidores, según Mauritania.

Conakry no es sino un destino temporal en el exilio de Jammeh, según fuentes oficiales, que indicaron que, más adelante, «junto las autoridades guineanas» decidirá dónde se instalará definitivamente.