M.I.
BILLY LYNN

El gran héroe americano a 120 imágenes por segundo

A estas alturas de su carrera Ang Lee se puede permitir el lujo de gastarse cuarenta millones de dólares en un experimento fílmico, porque “Billy Lynn” no es más que un caro juguete para probar la sensación del récord de velocidad en captación de imágenes, ya que se ha grabado a 120 fps (fotogramas o frames por segundo). Luego viene la consabida discusión de si merece la pena aplicar la alta definición, con una fotografía hiperrealista que parece más propia de una retransmisión en directo, a ciertos temas dramáticos. En teoría no le veo ninguna pega, porque la película versa sobre la fama de los héroes de guerra estadounidenses, a través de su presencia en grandes acontecimientos deportivos televisados.

“Billy Lynn” no falla en el aparado técnico, que es impresionante, sino en el puramente narrativo. Ang Lee trata de emular al maestro Robert Altman en su manera de contar situaciones corales a través del plano secuencia, y eso son palabras mayores. Tampoco dice nada nuevo sobre el asunto, y se acerca peligrosamente al conservadurismo a ultranza exhibido por Clint Eastwood en “El francotirador” (2015), con patriotismo incluido. Lo mejor de la función es el muy acertado reparto.