Nerea GOTI
BILBO
JUICIO POR LOS PAGOS DE KUTXABANK A CABIECES

Era algo «extraño, nada habitual»

El auditor interno de Kutxabank Roberto Moll dejó un testimonio tajante al afirmar que «todo le llamó la atención» del documento de contratación de Cabieces, como que se hiciera a través de un bufete en lugar de directamente o se documentaran pagos anexos con iniciales.

La segunda vista en la Audiencia de Bizkaia del juicio contra el expresidente de Kutxabank Mario Fernández, el exdelegado del Gobierno español en la CAV Mikel Cabieces y el abogado Rafael Alcorta, por los presuntos pagos irregulares de la entidad al expolítico, prosiguió ayer con la declaración de una decena de testigos. Entre ellos, el director de auditoría interna de la entidad, Roberto Moll, quien afirmó de forma contundente que al examinar la documentación referente al contrato de Cabieces «me llamó la atención todo».

Explicó que inició la auditoría por encargo de su superior a raiz de la denuncia del director de Recursos Humanos de pagos a terceros a través de un intermediario, por los que Kutxabank no había recibido nada a cambio. «Me encargó una auditoría para verificar esos hechos», precisó.

Y detalló que al examinar el contrato de iguala de los servicios de Alcorta comprobó la existencia desde marzo de 2012 hasta finales de 2014 del importe pagado por la facturación de 5.783 euros, una cantidad que aparecía reflejada «siempre al margen», en un «pegado anexo» y firmado, en concepto de «incremento a MC».

Moll se refirió, asimismo, a la última factura de liquidación del contrato con Cabieces por valor de algo más de 23.000 euros euros, que según precisó se corresponde con el pago adelantado de cuatro meses más 900 euros por unos posibles gastos de desplazamientos a Andalucía, también incluidos en 2012, y que lleva la firma de Alcorta, de Fernando López Eguilaz (responsable de Recursos Humanos) y el expresidente, Mario Fernández. Afirmó que, por lo menos con este abono, estaríamos hablando de «servicios no prestados que se pagan de golpe y por adelantado».

«No tenía sentido»

Según el testimonio de Moll, varias anomalías rodeaban un procedimiento «nada habitual» en la entidad, empezando por el hecho de que la persona que recibió las instrucciones las recogiera por escrito. Y con un contenido que consideró como «sorprendente», en referencia a las indicaciones sobre la cobertura del contrato a través del despacho de Alcorta o su invisibilidad en Kutxabank.

Explicó que «no tenía sentido» que el contrato de iguala (el que pagaba los servicios como jurista de Alcorta) se hubiera modificado antes de la entrada de Cabieces y no después, cuando «lo correcto hubiera sido directamente hacer un contrato», una actuación que está dentro de las prerrogativas del presidente, según remarcó. De esta forma, a juicio de Moll el pago de los servicios se deberían haber incorporado a la iguala, «en lugar de ir en una factura distinta». De hecho, incidió el auditor en que «es extraño que cuando quieres contratar a una persona, no la contrates tú, sino que le dices a uno: ‘Mira, yo te voy a pagar este dinero y tú se lo pagas a este’».

Detalló, asimismo, que el rastreo de los movimientos en las cuentas bancarias de Alcorta y Cabieces eran «una prueba adicional, eran la guinda», dentro de una cadena de documentos que iban avalando las irregularidades. Y apuntó que todos los auditores tienen acceso a la documentación de la entidad.

Trabajos no documentados

Los letrados de los tres acusados intentaron restar contundencia a la declaración de Moll aludiendo a la falta de comprobación de datos como el incremento del volumen de trabajo que soportaba Alcorta o los servicios prestados. De hecho, ante la alusión de uno de los letrados a la supuesta necesidad de un «auto de fe» para creer las conclusiones de la auditoría, Moll le espetó si «le parece a usted normal que no aparezca el nombre completo de la persona», lo que consideró un claro indicio de que era un procedimiento que se quería ocultar.

Varios profesionales vinculados al despacho de Alcorta declararon en esta segunda vista para aclarar que conocían el trabajo de Cabieces al que, según dijeron, veían a menudo por la oficina colaborando con el abogado de la entidad bancaria. Sin embargo, no hay más rastro del trabajo realizado para Kutxabank por el exdelegado del Gobierno español en la CAV que los testimonios ya mencionados y de los propios acusados.

En relación con uno de los casos en los que Cabieces habría trabajo intensamente, relacionado con un pleito en Cajasur, entidad bancaria participada por Kutxabank, el abogado igualado en la caja andaluza que llevó el proceso junto a Rafael Alcorta, Juan Carlos Servet, declaró mediante videoconferencia. Según aseguró, nunca vio a Mikel Cabieces ni trató con él vía telefónica ni a través de correo electrónico.