Víctor ESQUIROL
CRÍTICA «Mañana empieza todo»

Cuatro años después: Eugenio Derbez descongelado

U na chef más sabia que yo y desde luego mucho más entendida en temas culinarios, fue entrevistada, hará cuatro años, en una famosa radio. Allí, la audiencia le hizo llegar sus inquietudes gastronómicas. Una de ellas giraba en torno a la congelación. El oyente quería saber si dicho proceso podía repercutir en la calidad del alimento. La chef lo tenía clarísimo: «Lo fundamental aquí es la materia primera. Si congelas caviar, descongelarás caviar. Del mismo modo, si congelas mierda, descongelarás mierda».

Siguiendo esta línea argumental, se podría decir que un remake cinematográfico consiste en descongelar una película ya hecha y cocinarla, de nuevo, al gusto de las modas del momento. En este sentido, “Mañana empieza todo” es un remake ejemplar. Casi perfecto, pues preserva, con un gusto por el detalle que asusta, todo lo que ofrecía “No se aceptan devoluciones”, la película original en que se basa. Hará cuatro años, el mexicano Eugenio Derbez saltó a la fama internacional con dicho título. Un film donde comedia supuestamente gamberra y melodrama familiar se conjugaban con la inteligencia emocional de una ameba.

Pues bien, ante nosotros, la réplica gala a dicho fenómeno. Con Omar “Intocable” Sy de protagonista, que ahora mismo es algo así como una garantía a la viabilidad comercial del producto. Efectivamente, la película llega con el aval de tres millones de espectadores franceses, confirmándose de paso como otro flagrante caso de divorcio total entre crítica y público. La taquilla mostrará buenos números, pero esto no dejará de ser lo que es: Un manual de la manipulación sentimental más burda. Pornografía lacrimógena, graciosa solo cuando no se lo propone. Ofensiva al buen gusto en todo momento.