Un 41% de los votantes había acudido a los centros a mitad de la jornada electoral que ayer se celebró en Ecuador, según informó el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador, Juan Pablo Pozo.

En la misma comparecencia, delegados de los organismos internacionales destacaron la «absoluta normalidad» con la que se desarrollaban las elecciones, en las que se elegía entre el oficialista Lenín Moreno y el opositor Guillermo Lasso, al sucesor de Rafael Correa, que dejará el cargo en mayo próximo.

Desde Guayaquil, el expresidente de Uruguay José Mujica, integrante de la misión de observación electoral de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), destacó también la normalidad en el desarrollo de los comicios: «Hemos visto todo con tranquilidad y bonhomía. Hagamos voto de que el proceso sea así y que la voluntad mayoritaria del pueblo ecuatoriano se refleje». Recordó Mujica que, pasado el proceso electoral, el pueblo, sea cual sea la opción que haya asumido la Presidencia, «tendrá que seguir andando, caminando y conviviendo en la misma sociedad».

El resultado, tras una campaña marcada en su recta final por las alusiones a la crisis en Venezuela, es vital para ver si la derecha sigue ganando espacio en Latinoamérica o se consolida la Revolución Ciudadana que ha liderado Correa los últimos diez años. También será clave para el fundador de WikiLeaks, el australiano Julian Assange, a quien el Gobierno de Correa mantiene asilado en su Embajada en Londres desde 2012.

En un colegio electoral de Quito, el exvicepresidente socialista Lenín Moreno, del movimiento oficialista Alianza PAÍS (AP), dijo estar seguro de que «Ecuador va a votar por continuar con un proceso que le marca un derrotero de futuro».

Poco antes, el conservador Guillermo Lasso, de Creando Oportunidades (CREO), aseguró tras votar en Guayaquil, la capital económica del país, que esta elección es «crucial» para elegir entre el «camino de Venezuela o el camino de la democracia y de la libertad».

Al votar por la mañana, el presidente Correa destacó la importancia de la cita: «Es un momento decisivo porque hemos tenido una reacción conservadora en los últimos años», dijo al votar en Quito, en referencia al giro a la derecha que hicieron recientemente países como Argentina, Brasil y Perú.

Por primera vez en diez años sin Correa como candidato, Alianza PAÍS se juega su permanencia en el poder con Moreno, un abanderado de las causas sociales que sufre una paraplejia por un disparo que recibió en un asalto en 1998. Durante la campaña ha defendido un plan que privilegia la inversión social sin «paquetazos ni privatizaciones» y una «cirugía mayor» a la corrupción.