La eliminatoria entre Boston Celtics y Chicago Bulls ha pasado de 0-2 a 3-2, y la franquicia de Illinois se halla contra las cuerdas. Hay muchos detalles que explican semejante vuelco, pero ante todo, la baja por lesión de Rondo sirve como elemento protagónico de este cambio.

Excampeón del anillo de la NBA en 2008 y líder de los Celtics cuando Pierce, Garnett y Allen rompieron el Big Three, Rajon Rondo ha tardado años en encontrar su sitio en la NBA lejos de Boston. Su fama de «cancer de vestuario» lo sacó de Boston una vez que las lesiones mermaran su aportación inicial. Su paso por Dallas y Sacramento tampoco mejoró ni sus prestaciones ni su fama, toda vez que a cuenta de las lesiones, no ha evolucionado casi nada en el tiro, siendo especialmente alarmante su desacierto desde la línea de lanzamientos libres.

Pero no deja de ser un base físico, entregado a la defensa y con buena visión y distribución de juego, algo que ha dañado a los Celtics en los play offs, hasta que se lesionó el pulgar de su mano derecha, y con su ausencia, la franquicia de Illinois ha perdido pie y está al borde de la eliminación. Con 24 puntos de Isaiah Thomas y Avery Bradley, y los 21 tantos, 7 rebotes y 9 asistencias de Al Horford dieron el 3-2 a los «orgullosos verdes». Este esfuerzo combinado pudo con el gran partido del «abuelo» Dwayne Wade, que firmó 26 puntos, 11 rebotes y 8 pases de canasta, pero se quedó demasiado solo, en especial en el último cuarto. Una concatenación de jugadas con canasta y falta dio a Boston la renta suficiente para ganar finalmente por 108-97 y sumar la primera victoria como local de esta serie.

Al borde del KO, se especula con que Rondo regresará para el sexto partido, a ver si así Chicago cambia la tendencia.

Wall y Bradley Beal deciden

En cambio, en la serie entre Washington y Atlanta no hay quien gane un partido fuera de casa. Algo que los Wizards agradecen en el alma, ya que se sitúan 3-2 tras ganar 103-99.

Pese a los 29 puntos del alemán de los Hawks Dennis Schroeder, los 20 puntos y 14 asistencias de John Wall, más los 27 tantos de Bradley Beal sirvieron para que los capitalinos mantuvieran el factor cancha, por mucho que les tocara sufrir más que en los duelos anteriores.

«(El triunfo) Estuvo ahí mismo, pero tenemos que mejorar en los instantes finales», se lamentaba Schroeder al final del encuentro. Los de Georgia llegaron a situarse 101-99, pero un lanzamiento de media distancia de John Wall selló el triunfo, amén del desacierto de los Hawks en los triples finales.