V.E.
NUNCA DIGAS SU NOMBRE

Bye Bye Man: no lo digas; no lo pienses

Cuenta la leyenda (que nos acabamos de inventar) que existe un hombre tan malo, tan malo... que con solo pronunciar su nombre en voz alta, se puede helar la sangre de todo aquel que lo escuche. Es más, el solo hecho de saber su nombre, es motivo más que suficiente para condenar al pobre pardillo de turno, pues ese “hombre del saco” del cual hablamos, tiene la habilidad de introducirse en el cerebro de todo aquel que haya oído su nombre, y una vez allí, hacer con él lo que le venga en gana. Alerta spoiler: todos los casos terminan igual, con un espiral de locura homicida y/o suicida.

Así lo ilustra la remarcable escena de apertura de “Nunca digas su nombre”, un plano secuencia en que un hombre armado con una escopeta, da caza a su familia y a sus vecinos, con tal de evitar la propagación de “aquel que no debe ser nombrado”. Después de esta presentación, nos quedamos a solas con una de las cintas de terror que mejor ha conjugado, en los últimos años, el escalofrío con la carcajada, combinación lograda de forma involuntaria, al ser esta una de las peores muestras de dirección de actores que se pueda recordar. Así se resume lo nuevo de Stacy Title: un puñado de conceptos teóricamente estimulantes, pero en la práctica dilapidados por un reparto ridículamente poco inspirado.