Aspe y Asegarce presentaron ayer en Bilbo su Ranking y su Master LEP.M, con los que, bajo el patrocinio de Codere, quieren premiar la regularidad de sus pelotaris y conseguir, de paso, esa clasificación con la que se pretende jerarquizar a sus profesionales según los resultados deportivos obtenidos.

La ATP, tabla de estadísticas según la cual se rigen los más importantes torneos de tenis del mundo, ha sido el espejo en el que los representantes de las empresas de la LEP.M se han fijado a la hora diseñar este circuito y, a su imagen y semejanza, los pelotaris tendrán puntos que defender o conquistar en los tres grandes campeonatos de la temporada –el Parejas, con puntos por cada victoria obtenida, cuenta con mayor importancia que los dos individuales–, pero también cuentan los torneos estivales. En este último caso, el de los torneos veraniegos, los pelotaris obtendrán la puntuación en un máximo de seis eventos en los que hayan participado.

Un torneo en octubre

El ranking 2016-2017 ya está en marcha con los resultados obtenidos desde el Cuatro y Medio y, siguiendo la tabla de puntuación hecha pública ayer mismo, Oinatz Bengoetxea sería el líder actual, seguido por Irribarria y Rezusta, pero la resolución del Manomanista podría hacer variar estas posiciones.

En una simulación de lo que hubiera ocurrido el año anterior que hicieron pública, Mikel Urrutikoetxea hubiera sido el mejor del ejercicio 2015-2016, seguido por Olaizola II. Iker Irribarria, campeón Manomanista, solo sería quinto.

El principal objetivo de estas clasificaciones sería la confección de la lista de participantes del Master, torneo que se celebrará en octubre con los tres mejores zagueros y los tres mejores delanteros. Las semifinales se completarán con dos invitaciones que las empresas se reservan para ellas.

Y esa es, la de la arbitrariedad, la gran diferencia que se observa respecto a la ATP. Porque este ranking no tiene ningún valor, ni siquiera referencial, a la hora de elegir quiénes competirán en los campeonatos y torneos y hay pelotaris que tienen casi imposible sumar, porque las empresas seguirán decidiendo quiénes compiten.