Corea del Norte lanzó ayer su segundo misil en una semana haciendo caso omiso a las amenazas de nuevas sanciones tras haber realizado otra prueba el 14 de mayo, según confirmaron Corea del Sur y EEUU.

El misil, disparado en Pukchang, en la provincia de Pyongan del Sur, alcanzó «una altitud máxima de 560 kilómetros y recorrió una distancia de 500 kilómetros», según un comunicado del JCS, y tiene las características de un Pukguksong 2, un proyectil de medio alcance lanzado por primera vez el pasado 12 de febrero. El misil impactó en aguas del mar de Japón.

Reacciones del exterior

La comunidad internacional no tardó en reaccionar. El Gobierno de Corea del Sur condenó enérgicamente el lanzamiento por Pyongyang del octavo misil balístico en lo que va de año, lo cual consideran un jarro de agua fría a las aspiraciones de negociaciones para la paz en la península, reactivadas tras la elección de Moon Jae-in como presidente surcoreano.

Para el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, la insistencia de Corea del Norte en proseguir con su programa militar de misiles y ensayos nucleares es «perturba- dora» y «decepcionante», mientras que el Gobierno alemán instó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a debatir la imposición de nuevas sanciones. Este se reunirá mañana a puerta cerrada para tratar el tema.