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Riesgo de catástrofe ecológica tras el naufragio del petrolero en el mar de China

El mastodonte yace en el lecho marino, pero en la superficie el mar sigue ardiendo: el naufragio del petrolero Sanchi podría provocar una grave catástrofe ecológica en el mar de China Oriental.

El petrolero iraní Sanchi, que transportaba 136.000 toneladas de condensados, que son hidrocarburos ligeros (gas en estado líquido almacenado en contenedores de alta presión), zozobró el domingo después de haber ardido mientras continuaba a flote durante una semana tras un choque con un carguero a unos 300 kilómetros al este de Shanghai. El siniestro se saldó con tres muertos y 29 desaparecidos. Ayer seguían ardiendo capas de hidrocarburos en la superficie. Una de ellas según medios locales, abarcaba una superficie de diez kilómetros por siete.

El accidente provocó «el mayor derrame de condensados de toda la historia del petróleo», comentó desde Alaska Richard Steiner, especialista en mareas negras que supone que la totalidad de la carga se quemó o se propagó en el mar.

Peor que el Exxon Valdez

«Dado el mal estado del casco después de una semana de explosiones e incendio, es probable que todos los depósitos hayan sido dañados y que todos los condensados, así como el combustible, se haya derramado», dijo a AFP.

Solo con una quinta parte de su carga derramada en el mar, la contaminación equivaldría a la marea negra producida por el Exxon Valdez, que devastó las costas de Alaska en 1989, agregó. Pero el Exxon Valdez transportaba petróleo crudo y no condensados, por lo que es difícil predecir su impacto, según Steiner, quien indicó que el récord hasta ahora estaba en 1.000 toneladas.

Y el Sanchi, además de los condensados, transportaba unas 1.000 toneladas de diésel pesado para hacer funcionar sus máquinas.

La fauna, atrapada

Pero el naufragio del Sanchi antes de que toda la carga se consumiese constituye «la peor eventualidad posible», declaró el ecologista Ma Jun. Los condensados «envenenan la fauna submarina», advirtió.

A diferencia del crudo, los condensados, una vez en el mar, no forman una capa en la superficie, sino más bien una nube tóxica que flota entre dos aguas.

Cetáceos, peces, aves y plancton que entran en contacto con esa contaminación pueden morir en breve plazo o contraer enfermedades, discapacidades o terminar estériles, según Richard Steiner.

La región es una importante zona de desove para varias especies de peces grandes, cuyos huevos se vieron «sin duda expuestos» a las emanaciones tóxicas, agregó el experto.

«Como nadie hizo una evaluación científica, los gobiernos, como los propietarios de buques, podrán decir que los daños son limitados», afirmó Steiner.