La escuela de ingenieros Estia fue el escenario del acto oficial de acogida a una start-up, Sophia Genetics, que en apenas seis años ha pasado de ser el sueño de un investigador vasco afincado en Suiza a despegar como líder mundial en análisis de datos genéticos con fines clínicos.

El anfiteatro Mari, que acoge las conferencias de la escuela internacional, se convirtió en el lugar elegido para escuchar por boca de su fundador, Jurgi Camblong, los motivos que le han llevado a elegir Bidarte como tercer polo de la compañía, ya asentada en dos ciudades suizas: Ginebra y Lausana.

Un sueño alentó inicialmente, según narró su fundador, este proyecto: democratizar la medicina basada en los datos para ayudar a atajar ciertas enfermedades hereditarias, y particularmente el cáncer, «abordando su origen y no sus consecuencias».

Desde esa premisa tomó cuerpo una plataforma inteligente, Sophia, que permite hoy a más de 400 instituciones clínicas, en 60 países, «compartir de forma anónima conocimiento, asegurando la protección de datos», lo que implica una revolución «de la que –subraya Camblong– solo estamos en el principio». En lo ideal, explicó el especialista en biología molecular, se trataría de conseguir que «un hospital, esté en La Paz (Bolivia) o en San Francisco (Estados Unidos) tenga la misma oportunidad, no ya solo de facilitar los análisis genéticos –hoy son posibles en 24 horas–, sino de cruzar ese test, gracias a la plataforma, con esa comunidad de datos y acudir al tiempo a informaciones complementarias (ECG, escáner...)».

Ello con el fin de mejorar el diagnóstico, pero sobretodo de servir a la llamada «medicina de precisión» que preconiza los tratamientos personalizados.

Camblong insistió en el objetivo principal: ayudar a que las personas a las que se diagnostica cáncer «pasen de estar enfermas a ser pacientes, al disponer de tratamientos adaptados a su caso, cara a cronificar el mal». Y puso como ejemplo el VIH.

Empresa con ADN vasco

Sophia Genetics, especializada en escrutar el genoma, acude a Bidarte «para reclutar nuevo talento» e impregnarse del «ambiente de innovación» que destilan los pasillos de Estia.

«Sumamos nuestro ADN vasco a lo aprendido del espacio tecnológico de Lausana, en el que todo está preparado para que las personas que acuden a él se conviertan en impulsoras de proyectos para cambiar el mundo y contribuir, cada cual desde su campo, a esa red de conocimiento colectivo mundial».

Desde esa visión global, Sophia Genetics acude a Bidarte atraída también por «una visión de país» y con la mira orientada hacia el sur. Camblong valoró que entre los usuarios de Sophia se encuentren «los hospitales de Basurto, Cruces, Donostia y la Clínica Universitaria de Iruñea». De hecho, entre el público que acudió al acto, para conocer de primera mano los detalles de la unidad I+D que desarrollará la firma vasco-suiza en Izarbel, había representantes de algunos de esos centros, así como de varios clusters sanitarios.

«Ezagutza kolektiboa eraiki nahi dugu, betiere datuak babestuz»

Ipar Euskal Herriko ikastolen sarean, Seaskan, egin zituen bere lehen urratsak Jurgi Camblongek, eta 2011n, teknologia genomikoaren alorrean puntako haztegia den Lausanako politeknikoan, bere start-upa sortzeko hazia ezarri zuen. Pau, Bordele eta Genevan ikasketak burutu ondoren, Sophia plataforma ardatz duen enpresa zabaldu eta munduratu du baionarrak.

Zazpi langilerekin abiatu du Bidarten ezarri duen egoitza berria. Informatikariak dira. Matematikarien bila joanen da ondoko hilabeteetan, orotara 30 bat «talentudunez» osaturiko taldea eratu arte.

Herentziazko eritasunak eta mutazio genetikoengatik sortzen diren minbiziak ditu jomugan. Sophiak diagnostikoa erraztera eta kasu bakoitzari dagokion tratamendua ematera bideratu du bere jakituria. Erronka hurbilei buruz galdetuta hauxe erantzun dio Camblongek GARAri: «Mutazio zehatz bati, tumore mota konkretu bati erantzuteko tratamenduen gainean informazioa partekatzea».

Publikoaren eta pribatuaren arteko muga ezabatzera al dator datuen gaineko medikuntza? Zuhurtziaz erantzun du: «Erietxeak ez du kuota ordaindu behar, paziente bakoitzarengatik ordaintzen du, ondorioz ospitale handiek zein txikiek ahal dute gure teknologia baliatu, Europan izan edo Afrikan izan, berdintasunean». Finean, Bruselak datuak babesteko ezarritako araua txalotu ostean «gure kasuan erietxea izanen da, pazientearen oniritziarekin, datu erabileraren bermatzailea», argitu du. M.U.