La Diputación de Araba celebró ayer la próxima eliminación del peaje de la AP-1 entre Burgos y Armiñon porque «facilitará la comunicación con la meseta y beneficiará a miles de alaveses». Así se pronunció el diputado foral de Infraestructuras Viarias y Movilidad, Josu López Ubierna, después de conocerse la voluntad del ministro de Fomento de eliminar los peajes de las autopistas cuyas concesiones vencen, entre ellos el del citado tramo de la AP-1.

El diputado destacó que esta medida también supondrá acabar con el único tramo no desdoblado de la N-1 y garantizará «más seguridad y comodidad». Anunció que solicitará una reunión con el Ministerio de Fomento para estudiar en profundidad «cómo se va a hacer la reversión y la transferencia» del tramo alavés de la actual autopista a la Diputación y qué actuaciones serán necesarias para suprimir las playas de peaje de Armiñon y realizar su conexión e integración con la autovía N-1. Añadió que habrá que analizar la conexión entre la N-1 y la A-1 a la altura del polígono logístico e industrial de Arasur.

Desconfianza

Sin embargo, la Plataforma de la N-1 desconfió de la eliminación total del peaje de la AP-1. Su portavoz, Rafael Solaguren, puso en duda el compromiso de eliminación total del peaje al finalizar el actual período de concesión el próximo 30 de noviembre, ya que «hasta ahora solo son declaraciones del ministro de Fomento, José Luis Ábalos».

Insistió en que la AP-1 entre Burgos y Armiñon debería haber quedado libre de peaje hace años, porque «hay otras formas de recaudar que no supongan riesgo para la vida de las personas».