Isabel MALSANG
Agence France-Presse (AFP)
TRAS LA SENTENCIA CONTRA MONSALTO EN EEUU

Glifosato y agricultura: hasta que la muerte nos separe

La sentencia de la Corte de San Francisco que condena a Monsalto (Bayer) como responsable del cáncer que sufre Dewayne Johnson, que estuvo expuesto a herbicidas que contienen glifosato, ha avivado el debate en el Estado francés, donde muchos agricultores también han demandado a la multinacional y el Gobierno ya ha previsto su prohibición.

Desde las grandes llanuras de cereal hasta los pequeños viñedos, muchos agricultores de Francia, el principal estado agrícola de la Unión Europea, continúan utilizando herbicidas a base de glifosato, si bien algunos intentan prescindir de él o se han pasado ya a la producción “bio”. Analizamos este fenómeno respondiendo a cuatro cuestiones.

¿Por qué continúan los agricultores usando glifosato?

- Es un herbicida total, tremendamente eficaz para acabar con las malas hierbas, los cardos y otras plantas vivaces que impiden el desarrollo de los cultivos y, sobre todo, es poco oneroso, lo que reduce el precio de coste.

- Si los cultivos incluyen muchas malas hierbas, se corre el riesgo de que las cosechas (trigo, cebada, etc.) no sean aceptadas en los molinos, por lo que no llegarían a venderse.

- Utilizado en pequeñas cantidades y una sola vez al año, el glifosato puede limpiar un campo antes de la siembra, permitiendo una agricultura que se denomina de «conservación de suelos», es decir, sin tener que labrarla: una especie de «tercera vía agrícola» que permite regenerar los suelos en cuanto a materia orgánica. Este método también tiene la ventaja de retener la humedad y el carbono en el suelo y, así, luchar contra el calentamiento global. Solo el 2% de los agricultores franceses practica este sistema de cultivo, que es promovido en el marco de las conferencias internacionales sobre el clima (iniciativa Cuatro por 1.000) y por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (Inra).

¿Qué alternativas existen?

- Químicamente, para obtener el mismo efecto que un litro de glifosato son necesarios cuatro litros por hectárea de un antigramíneo y tres litros y medio de otro tipo de herbicida. Esto significa que hay que pasar dos veces el tractor por el campo en lugar de una, apisonar los suelos y quemar más carburante; todo ello sin tener en cuenta el impacto sobre el medio ambiente.

- Mecánicamente, se pueden cubrir los suelos alrededor de la planta para ahogar las malas hierbas con paja, cartones o madera triturada. Algunas comunidades se han pasado al control termal de la maleza a lo largo de senderos, utilizando agua caliente o vapor de agua, pero es imposible hacerlo en grandes superficies agrícolas.

- También es posible recurrir a útiles mecánicos para desyerbar, pero su uso requiere más tiempo, más carburante y más personal, lo cual aumenta el precio de coste de los cereales y de las verduras, y reduce la competitividad frente a productos importados que, estos sí, contienen glifosato.

- Se están desarrollando robots de desyerbe, pero todavía son relativamente caros.

Algunos sectores productivos están analizando soluciones agronómicas complementarias. Por ejemplo, para la viña, ciertas técnicas de agroecología recomiendan el mantenimiento de gramíneas que transportan nitrógeno entre las hileras y luego se usan como abono verde.

¿Qué tipos de cultivos obtendrán exenciones para continuar usando glifosato dentro de tres años? (Para entonces debería estar eliminado en cualquier lugar de Francia).

El pasado 20 de junio, el ministro francés de Agricultura enumeró los siguientes:

- El cultivo de conservación de suelos (para así respetar la firma por parte del Estado francés de la COP21, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático).

- Los cultivos en terraza. Por ejemplo, en ciertos viñedos de Alsacia es muy difícil utilizar maquinaria en las laderas.

- La producción de frutas y hortalizas destinadas a la industria agroalimentaria, que prohíbe contractualmente cualquier mala hierba en todo momento del proceso.

¿Cuál es el impacto comprobado y cuantificable del uso de pesticidas en general, y del glifosato en particular, sobre la salud de los agricultores?

- La MSA, la Seguridad Social de los agricultores franceses, es el único seguro sanitario que reconoce dos enfermedades profesionales directamente relacionadas con la exposición prolongada y repetida a los pesticidas: la enfermedad de Parkinson y el linfoma no Hodgkin (el cáncer que padece el estadounidense Dewayne Johnson, que acaba de obtener una condena contra Monsanto).

Alrededor de 2.500 nuevos casos de Parkinson son diagnosticados cada año entre los agricultores franceses mayores de 55 años, según se recoge en una tesis de Sofiane Kab, defendida en 2017, lo que corresponde a una incidencia del 13%.

No obstante, el glifosato como único elemento utilizado no se menciona ni en el caso del Parkinson ni en el del linfoma.

- Según otro estudio, relacionado con los síntomas ligados al uso de pesticidas, incluido el glifosato, realizado por las delegaciones de la MSA entre principios de 2011 y finales de 2014, el herbicida Roundup, el más vendido, «suma el 38,4% del conjunto de trastornos de los que se informa» tras haber analizado «todos los informes combinados y sin hacer distinción entre los trastornos».

Los síntomas atribuibles al uso solo de glifosato son trastornos de la piel (36%), hepato-digestivos (19,8%), neurológicos y neuromusculares (16,3%), neurosensoriales oculares (14%), neurosensorialares nasales (9,3%) y respiratorios (4,7%).

El estudio subraya que el glifosato en sí es «débilmente tóxico», pero que los «tensioactivos» (añadidos para favorecer su adhesión al follaje y su absorción por la planta) hacen que «la fórmula sea irritante para la piel, además de cáustica para las mucosas». No analiza la relación entre el glifosato y enfermedades crónicas como el cáncer.