Una revuelta afable en la campiña

Producida por los responsables de “El principito”, esta nueva apuesta animada en formato tridimensional baja un tanto en sus pretensiones a la hora de embarcarse en otro imaginario literario, en esta oportunidad en la saga literaria “Bichitos curiosos” firmada por Anton Krings.
La presencia del propio Kings en labores de co-realización tal vez se deba a la honesta idea de preservar la idea y concepto de los personajes que primero habitaron los libros, ya que el apartado técnico ha sido delegado en Arnaud Bouron, un realizador curtido en las series de animación para el públcio infantil.
A favor de este filme cabría resaltar la honestidad de sus intenciones, las cuales no van más allá de poner en imágenes una historia que incide en el discurso de los buenos y los malos y se desarrolla en un microcosmo poblado por insectos. En resumen, poca originalidad en una premisa y personajes que ya hemos visto con anterioridad y que tal vez tengan su mejor exponente en la referencial “Bichos” de Pixar.
A lo largo del metraje también se descubren fácilmente las pretensiones de una producción que incluye entres sus objetivos principales seducir a los más pequeños mediante unos recursos visuales elaborados con calma, de línea clara y concisa y a través de un argumento carente de acelerones y repleto de arquetipos que permiten a la chavalería identificarse de inmediato con lo que están viendo.
Es una lástima que el equilibrio entre el diseño de los personajes y la trama no sea parejo, ya que ello provoca una linealidad que bordea la monotonía.
Otro elemento muy destacado dentro de su engranaje es la cuidada banda sonora compuesta por Bruno Coulais, la cual no solo subraya con sutileza muchos de los pasajes sino que además, tal vez esto sea lo más preocupante, adquiere mayor revelancia que lo que está acontenciendo en la pantalla.

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