Jon ORMAZABAL
Pelota

Lo que hubiera disfrutado Don Miguel en su Astelena

Aunque con algo de incertidumbre al final, Irribarria-Zabaleta vencen tras una exhibición de fuerza.

OLAIZOLA II-ALBISU 19

IRRIBARRIA-ZABAL. 22


Casi todos los pelotaris que abandonan el profesionalismo suelen mostrar especial predilección por aquellos jóvenes que siguen su camino. Quizá por ello, el recordado Miguel Gallastegi, manista de fuerza descomunal, fue uno de los que más disfrutó con la meteórica irrupción de Iker Irribarria. Pues acompañado por otro potentísimo zaguero como José Javier Zabaleta, el de Arama hizo una exhibición de fuerza en un Astelena donde la figura del eibartarra de la contracancha se hizo más imponente que nunca.

A base de trabajo y defensa, Aimar Olaizola y un Jon Ander Albisu en trayectoria diametralmente opuesta al brillo de las pelotas –el de Ataun fue a más a medida que el material se fue gastando– consiguieron apretar el marcador hasta unos guarismos que no hacen justicia con la diferencia en el peloteo.

Desde el fiasco de Arbizu, Iker Irribarria y José Javier Zabaleta han insistido mucho en recuperar su esencia, en imponer en cada partido la superioridad en golpe que, a priori, se les supone sobre el resto y, de momento, parecen haber encontrado un camino en el que pocos podrán hacerles frente.

Muchos errores

Junto a un Aimar Olaizola con el que todos los zagueros crecen, Jon Ander Albisu se había mostrado inconmensurable en sus dos últimos compromisos, pero el ataundarra sufrió horrores ante la velocidad que los de Aspe imprimieron a la pelota desde el primer pelotazo.

El número de errores acumulados, especialmente por el zaguero de Ataun, pero también por parte de los azules, deslució algo el comienzo del partido –el primer tanto en juego se lo apuntó Irribarria de fuerte volea en el 5-7, todo lo demás fueron fallos–, pero la velocidad con la que el frontis eibartarra escupía la pelota cuando Irribarria o Zabaleta la golpeaban es un argumento de muchísimo peso.

La diferencia en el peloteo se antojaba insalvable para los hasta ayer líderes en el primer descanso largo (8-12), y qué decir en el segundo (11-18), pero los de Asegarce tuvieron el coraje de no mostrar en ningún momento la bandera blanca y eso casi les permitió remontar el duelo.

Y es que, a medida que las pelotas se fueron gastando, a los de Aspe les fue más complicado seguir sumando, Albisu también minimizó mucho sus errores y un Aimar Olaizola que hasta entonces se había vaciado en labores de intendencia comenzó a tener sus opciones de entrar al remate.

En esa fase final fueron Irribarria y Zabaleta los que comenzaron a perder las medidas del frontón y los colorados llegaron a acercarse a solo dos tantos (19-21), pero otro enorme pelotazo de Zabaleta que Albisu no recogió puso la rúbrica a la exhibición de fuerza de los azules.