Ariane KAMIO

En el interior de García Lorca

Ian Gibson y Quique Palomo firman el cómic «Vida y muerte de Federico García Lorca», una obra que repasa la vida del escritor granadino sin tapujos y deja al desnudo aspectos íntimos de este creador que fue fusilado tras el alzamiento franquista. Incluso su muerte es retratada de forma explícita, consiguiendo que el tempo de la lectura se detenga durante sus últimos minutos de vida. El cómic ha sido publicado por Ediciones B.

–A ver, fuera todos–, ordena un guardia fascista. –Subid a los coches–. Arrancan los motores que ponen melodías a una oscura madrugada. La canción se detiene en un ambiente cada vez más sórdido. –Venga, abajo–. Un olivo, una camioneta y otros vehículos forman la instantánea. –Bang! Bang! Bang! Bang!–, gritan las balas. –Este aún se mueve–, dice uno de ellos. –Le he metido dos tiros en el culo, por maricón–. Es la muerte de Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, 1898 - Camino de Víznar a Alcazar, 1936). Y es así como la han reflejado el hispanista Ian Gibson y el dibujante Quique Palomo en el cómic “Vida y muerte de Federico García Lorca” (Ediciones B). En la portada, el crimen es todavía más explícito: Una mano anónima empuña un revólver frente a un poeta arrodillado, con otro guardia y el olivo como testigos. «El final del interior es un preámbulo a la muerte, y es mi manera de generar un distanciamiento con la narración tal y como venía sucediendo hasta el momento y que haya un cambio. Es como silenciar la imagen», describe Quique Palomo las últimas páginas del cómic.

La narración arranca en la Vega granadina, en Fuente Vaqueros, lugar de nacimiento de Federico García Lorca, y se adentra en la vida familiar del futuro poeta, un niño que disfruta con la música y con el teatro ambulante. Será precisamente la música, el canto, uno de sus primeros contactos con la cultura y la creación estará siempre presente en su vida.

El universo de García Lorca se dilata con el traslado de la familia a la capital granadina, donde comenzará a tomar clases de piano y empezará a tomar conciencia social a través del flamenco. A su vez, arrancará su vida como poeta y dramaturgo. Será determinante en su carrera literaria la convivencia con un grupo de granadinos poco convencionales, con los que compartirá sus inquietudes culturales.

Fernando de los Ríos será una persona clave en su vida, ya que le empujará a trasladarse a una residencia de estudiantes de Madrid. Allí conocerá a Luis Buñuel, a Emilio Aladrén y al pintor Salvador Dalí, con quien compartirá una estrecha relación personal.

El cómic firmado por Ian Gibson y Quique Palomo transgrede más allá de la vida literaria del poeta, y muestra sin complejos la condición homosexual de García Lorca. «Es imprescindible hablar de la homosexualidad de Lorca en relación al Lorca creador. Su trabajo está totalmente afectado por esta condición», afirma Palomo. El ilustrador considera que existe una relación vital entre la obra y la orientación sexual del escritor. «Necesita expresar cómo se siente en un mundo donde los homosexuales son rechazados absolutamente y por eso el amor inalcanzable es uno de sus temas principales. Necesita hablar de los que son marginados, entonces habla de los gitanos o de los negros cuando va a Nueva York, porque él también es una persona marginada». A su juicio, «hablar así de la homosexualidad es didáctico, porque ayuda a entender su trabajo».

Tras Madrid, los destinos mundiales se abrieron para García Lorca y el libro también es un relato viajero a países como Cuba, Argentina o a la ciudad de Nueva York, donde el escritor mantendrá contacto directo con la comunidad negra del jazz.

De vuelta a Granada, pronto llegará la proclamación de la República y estrenará una de sus obras más reconocidas, “Bodas de sangre”, que también presentará en el Teatro Avenida de Buenos Aires.

Las viñetas diseñadas por Quique Palomo van acompañadas por imágenes de archivo reales. «He pasado tanto tiempo entre fotografías documentándome que llega un momento en que esas fotografías también quieren formar parte de este trabajo. Es casi una propuesta de la documentación».

Palomo es consciente de que ha dibujado a un mito, y el trabajo no ha sido fácil. «Al final ha quedado muy distinto a las primeras imágenes que tenía en la cabeza. Si te pones en un proyecto tan importante como este, hay como cierta responsabilidad. Al principio tenía la idea de hacerlo de cierto modo pero con el tiempo eso va evolucionando y se podría considerar que no ha sido fácil. He ido cambiando. Y cambiar es lo más natural».

El ilustrador ha preferido que no haya un exceso de detalles en los dibujos para que la lectura resulte fluida, que el lector no se detenga demasiado en la revisión de las imágenes, sino que pueda avanzar, «por eso el dibujo es sencillo».

Y el final ya es más que una muerte anunciada. El golpe de Estado fascista de 1936 pilla a García Lorca en Granada. Su opción es esconderse en casa de un amigo perteneciente a una familia de la ultraderecha. Pero su huida no se prolonga demasiado en el tiempo. Pronto será arrestado y, finalmente, ejecutado.