Aritz INTXUSTA
IRUÑEA
FIN DE LA HUELGA EN HUERTA DE PERALTA

Los trabajadores de los invernaderos de Huerta de Peralta ganan el pulso

Un acuerdo pone fin a 28 días de huelga en los invernaderos de Huerta de Peralta. Ha sido una lucha muy dura por el intenso frío de los piquetes, que soportaron temperaturas de 7 grados bajo cero, pero sobre todo por la dignidad de unos trabajadores precarios que lucharon por la readmisión en puestos que los «nativos» ya no quieren.

Los trabajadores votaron el acuerdo alcanzado entre el sindicato LAB y la empresa Huerta de Peralta en una asamblea celebrada en árabe. Dieron el sí levantando el puño. Antes, el sindicalista Saúl Arangibel, les aseguró que, decidieran lo que decidieran, la mañana siguiente LAB volvería a protestar con ellos en la puerta. El grito de Houssine Yagoubi, presidente del comité de empresa, tradujo el significado de esos puños alzados, aunque era ya evidente: «¡Hemos ganado!». Todos gritaron entonces para descargar la tensión de esta dura pelea.

El acuerdo recoge la mayoría de las reivindicaciones de la plantilla, incluida la readmisión de dos trabajadores, la vuelta de un tercero si los tribunales así lo determinan y la aceptación de despido improcedente para el cuarto.

Se trata de la recuperación de unos puestos de trabajo que muchas personas desprecian. A día de hoy, no quedan ya nativos trabajando bajo los plásticos de esa empresa que produce bolsas de ensalada y brotes. Al menos, no en los puestos más duros. Sí en la fábrica o como operarios al cargo de máquinas.

Respecto a la deuda contraída de 440.000 euros, la empresa acepta el pago del 70% de la misma. Esta deuda se alcanzó debido a la acumulación de incumplimientos del convenio por parte de la empresa.

LAB informó de que Huerta de Peralta también se aviene a iniciar una negociación de un pacto de empresa que mejore las condiciones del convenio, cosa inédita en un sector donde la precariedad se ha instaurado como norma. Según recordaron, este es el último logro de una lucha de dos años por la dignificación del trabajo.

Hace dos años, la empresa sometía a sus trabajadores a un régimen de eventualidad irregular. El día de las elecciones sindicales, de los 204 trabajadores censados en la empresa, 152 eran eventuales. Además, había jornadas laborales de 13 horas, no se pagaban vacaciones, ni antigüedad, ni nocturnidad.

«Estamos orgullosos»

Yagoubi se sentía ayer orgulloso, aunque admitía que todo ha sido muy duro. «Los trabajadores no han luchado solo para ellos. Toda la plantilla se va a beneficiar de lo que hemos logrado, también para los que continuaban trabajando estos días. Hemos peleado para que compañeros recuperen el puesto. No luchábamos solo por nosotros».

Yagoubi señaló que todo el apoyo recibido ha sido clave en la resolución del conflicto laboral. «La solidaridad de gente a la que no conocíamos ha sido importante. Han venido a manifestarse con nosotros y también han puesto dinero para que pudiéramos aguantar. Sin ellos no sé si hubiéramos podido, pero ya está. Lo logramos», comentó el sindicalista.

En casi un mes de lucha, hubo horas bajas. «La empresa insistía en que no negociaría, que se había roto el diálogo y consiguió que la moral cayera», prosiguió narrando Yagoubi. Pero la semana pasada, se cruzó una línea: «La gente tomó la determinación de seguir hasta el final, de entregarse».

Imanol Karrera, responsable de LAB en Nafarroa, se mostraba satisfecho y emocionado por lo conseguido por estos migrantes. «Estos trabajadores son un ejemplo y han abierto la posibilidad de que cambien las cosas en el campo navarro», destacó. Karrera considera que «todos hemos aprendido mucho de la lucha que han llevado y que ha impactado con la sociedad».

Durante el conflicto, LAB reiteró su denuncia de que no hay que irse a Almería para ver precariedad en invernaderos. Su solución demuestra que los invernaderos navarros no tienen por qué ser igual que aquellos.

Declaraciones

«A partir del día 20 de huelga, algo cambió. Se acabaron las dudas, los trabajadores decidieron que no volverían al invernadero con la cabeza agachada»

Houssine Yagoubi

Presidente del comité