Martxelo DÍAZ
S. FERNANDO DE HENARES
«CASO ALTSASU»

Otros seis testigos cuestionan la versión de las acusaciones

Seis nuevos testigos que no fueron admitidos en la vista que se celebró la pasada primavera en la Audiencia Nacional española desmontaron la tesis de las acusaciones declarando que algunos de los acusados ni siquiera estuvieron en el bar Koxka o no participaron en la pelea. El fiscal José Perals mantiene la petición de «terrorismo»

Seis testigos propuestos por algunas de las defensas de los jóvenes de Altsasu comparecieron ayer en la vista de apelación en la Audiencia Nacional española y todos ellos coincidieron al manifestar que no vieron a los acusados participar en la trifulca que tuvo lugar en octubre de 2016 y por la que fueron condenados a penas de hasta trece años de prisión.

En concreto, los testigos que comparecieron ayer fueron citados por las defensas de Julen Goikoetxea y Jon Ander Cob. La declaración de testigos en una vista de apelación en la Audiencia Nacional es algo extremadamente inusual, hasta el punto de que veteranos conocedores del tribunal reconocían que era la primera vez que asistían a una vista de este tipo.

La declaración de estos testigos fue rechazada en la vista que tuvo lugar en abril y mayo del año pasado a pesar de que fue solicitada por las defensas. Entonces, las defensas mostraron su malestar porque numerosas pruebas que propusieron no fueran admitidas. En este sentido, cabe recordar que hasta el último momento no fueron admitidas por la sala, por ejemplo, vídeos como los que mostraban a Adur Ramírez de Alda en el frontón Burunda con una camiseta de un color notablemente diferente a la que le atribuían las acusaciones la noche de autos o como el que grabó Iñaki Abad y que en el que podía verse al sargento que denunció haber sido objeto de múltiples patadas vistiendo una camisa blanca impoluta.

La admisión ahora de los testigos que fueron rechazados en la pasada primavera se interpreta en fuentes judiciales como un intento de la sala de apelaciones de mostrar que se han respetado todas las garantías procesales de cara a unos eventuales recursos que se anticipan como casi seguros.

Amiga de María José

Una de las testigos que comparecieron ayer explicó que era amiga de María José, la novia del teniente de la Guardia Civil. Relató que estuvo en el bar Koxka esa noche de ferias y que habló tanto con María José como con la novia del sargento. Explicó que no vio ninguna agresión, pero sí que presenció que había «vasos de chupito volando». Esta testigo fue categórica al señalar que a pesar de que Julen Goikoetxea estaba en el Koxka no le vio agredir, ni insultar ni empujar a nadie. Tampoco vio a Jon Ander Cob en el Koxka. Además, declaró que ni María José ni el teniente aceptaron la ayuda que les ofreció cuando les vio tirados en el suelo.

Junto a ello, relató que al día siguiente de los hechos envió un mensaje por el móvil a María José para interesarse por su estado, pero que esta no le respondió y que desde entonces no ha tenido contacto alguno con ella.

Este testimonio coincide con lo manifestado en abril por Paulette Vergara, en el sentido de que no se puede acreditar la participación de ninguno de los hoy encarcelados en estos hechos. Eva Gimbernat, abogada de Cob, recordó que Vergara declaró en abril que había gente que no debería estar inmersa en esta causa, en referencia a su patrocinado. «Existen todas las dudas del mundo de que Cob estuviera en el Koxka y ninguna certeza». Manuel Ollé, abogado de Goikoetxea, recordó que Vergara también manifestó que este no participó en la trifulca.

El resto de los testigos declaró que Cob no estuvo en el Koxka en el momento en el que se registraron los incidentes. Señalaron que estuvieron con él en el frontón Burunda viendo el partido de pelota y que posteriormente fueron a bares de Altsasu a tomar un pote. Estas consumiciones se realizaron en establecimientos como el Lezea, el Arkangoa o el Gautxori, pero ninguno de ellos vio a Cob en el Koxka esa noche. Asimismo, algunos de estos testigos relataron que vieron a Julen Goikoetxea en el Koxka, pero que no participó en el enfrentamiento. También vieron a Oihan Arnanz en el Koxka, pero relataron que no salió a la calle tras el incidente y que tampoco fue él quien tuvo una discusión previa a la trifulca con el teniente en el acceso de los baños del Koxka, ubicados en el extremo contrario del establecimiento.

Perals mantiene su tesis

El fiscal José Perals trató de quitar relevancia a estos testimonios, señalando que «no aportan nada», que los testigos eran amigos de los acusados y que el Arkangoa y el Koxka están cerca, por lo que los encarcelados podrían haber ido de uno a otro sin que los testigos les hubieran visto. Una reflexión más cercana a la conjetura que a la prueba. Asimismo, trató de quitar credibilidad a los testigos preguntándoles a dos de ellos si habían acudido a manifestaciones. Uno de ellos respondió que sí y que lo hizo porque consideraba que lo que estaba ocurriendo en Altsasu estaba fuera de cualquier proporcionalidad.

Perals mantuvo su petición de que los hechos sean considerados «terrorismo», a lo que se sumó la Abogacía del Estado y las acusaciones en representación de Covite y de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC). Este cambio de calificación de los hechos podría incrementar las penas hasta los 50 años de cárcel. La abogada del Estado llegó calificar de «superfluas» las testificales que se practicaron durante la vista que tuvo lugar ayer.

Rubén Múgica, en representación de Covite, puso el acento en que las testificales de ayer estaban viciadas porque los comparecientes conocían qué se dijo en la vista de primavera, en la que no se les dejó participar.

Libre absolución

Las defensas de los jóvenes a las que hacían referencia las testificales de ayer pidieron la absolución de sus patrocinados tras constatar que no hay ninguna prueba que les incrimina, al margen de las declaraciones de los denunciantes, que han sido cuestionadas por otros testigos. A esta petición se sumó la letrada de Adur Ramírez de Alda, Jaione Carrera.

Jaime Montero, abogado de Oihan Arnanz, subrayó que las pruebas documentales acreditan que su patrocinado no borró el whatsapp ni manipuló el móvil para hacer un borrado de datos. El letrado subrayó que Arnanz no se puso en contacto con ninguno de los otros acusados para concertar un ataque a los guardias como sostienen las acusaciones.

Junto a ello, Montero destacó que el teniente de la Guardia Civil se equivoca palmariamente al identificar a Arnanz como la personas con la que tuvo una discusión previa a la trifulca y que se interpreta como el detonante de la misma. Frente a ello, subrayó que los testigos ubican a Arnanz fuera de esa discusión, lo que considera coincidente con lo declarado por Paulette Vergara en la vista que tuvo lugar en abril y mayo.

José Luis Galán, abogado de Iñaki Abad puso el énfasis en que en la vista de ayer volvió a quedar en evidencia la falta de credibilidad de los denunciantes frente a lo manifestado por un número considerable de testigos. Los únicos testigos presentados por las acusaciones han sido los propios denunciantes.

Manuel Ollé rechazó la pretensión de la Fiscalía de desacreditar a los testigos señalando su amistad con los acusados o la asistencia de algunos de ellos a manifestaciones para denunciar la desproporción de esta caso no es relevante porque estas circunstancias no implican que no se vaya a decir la verdad ante la sala.

 

Concluye el ciclo de vistas en la Audiencia Nacional española

A pesar de que en un principio estaban previstas dos sesiones esta semana para la apelación, la vista concluyó ayer, en apenas algo más de dos horas. De este modo, la Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional tendrá ahora que decidir si mantiene la sentencia dictada en primavera del año pasado o la modifica asumiendo las tesis de la Fiscalía (considerando los hechos como «terrorismo») o respondiendo favorablemente a las de las defensas (optando por la libre absolución o una rebaja significativa de las penas).

Esta decisión se conocerá en un plazo de semanas o meses. No hay establecido un periodo concreto. Cuando se conozca esta sentencia habrá concluido el periplo de esta causa en la Audiencia Nacional. A partir de entonces, se podrá recurrir en casación ante el Tribunal Supremo. Este escenario es más que probable, ya que la sentencia de la Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional difícilmente podrá contentar al mismo tiempo a la Fiscalía (y las distintas acusaciones) y las defensas. De hecho, si se ha llegado a la apelación en la propia Audiencia Nacional es porque las dos partes tienen una visión completamente antagónica de esta causa.

Asimismo, todo parece indicar que este caso podría llegar incluso hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, una vez concluido el periplo judicial español.

A diferencia de lo ocurrido en la vista de abril y mayo, los jóvenes de Altsasu no acudieron ayer a la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, sino que presenciaron el desarrollo de la misma por videoconferencia desde la cárcel de Zaballa y desde el Palacio de Justicia de Iruñea, donde se encontraba Ainara Urkijo, la única que se halla actualmente en libertad. Todos ellos rehusaron hacer uso de la última palabra.

Quienes sí acudieron a las dependencias del tribunal especial ubicadas en un polígono del extrarradio madrileño fueron los padres y madres de los jóvenes altsasuarras, que una vez más denunciaron la falta de proporción y de justicia que existe en este caso ante los medios de comunicación congregados a las puertas de la Audiencia Nacional.

Una vez concluida la vista de ayer, se mostraban satisfechos porque volvió a quedar acreditado lo que ya pudo verse en la Audiencia Nacional en primavera del año pasado, «que claramente nos encontramos ante un montaje policial».

Los padres y madres de Altsasu pusieron en valor los testimonios que finalmente pudieron escucharse ayer en la sala, ya que, tal y como sucedió con lo manifestado en la primera vista echan por tierra un relato construido artificialmente con el objetivo de criminalizar a un grupo de jóvenes de Altsasu.M.D.