Joseba ITURRIA
FOIX
TOUR 2019

Landa, el único que aguantó la rueda de Pinot en Prat d’Albis

El alavés lanzó un ataque en el Mur de Péguère a 42 de meta con el apoyo de Amador y Soler, que marchaban en la escapada, y acabó junto a Pinot, el mejor entre los favoritos. Alaphilippe dio las primeras muestras de debilidad, pero llega líder a la jornada de descanso.

Mikel Landa acabó tercero ayer la última etapa de los Pirineos con final en el alto de Prat d’Albis por detrás del ganador Simon Yates y en compañía de Thibaut Pinot. Se coloca séptimo en la general tras atacar a 42 kilómetros de meta en el duro Mur de Péguère y contar con el apoyo de Amador y Marc Soler para distanciar a los favoritos.

El Movistar colocó en la escapada a los dos gregarios que más fuerte están en este Tour junto a Nairo Quintana, que era el mejor en la general de un grupo de 36 fugados. Mikel Landa se marchó en el Mur de Péguère con la mala suerte de que Fuglsang no pudo seguir su rueda y perdió un aliado. Astana había mandado por delante a Omar Fraile, Pello Bilbao y Lutsenko y, en lugar de ser dos equipos para abrir hueco, el alavés solo tuvo el apoyo de Amador y Soler para llegar a tener una ventaja de 1:30 que se redujo a un minuto cuando empezó el último puerto de Prat d’Albis. Tiraron por detrás Jumbo, Bora y Astana, que pasó de ser un posible aliado a un obstáculo en una decisión de su equipo difícil de entender porque si Fuglsang no estaba para seguir a Landa, tampoco le interesaba ir más rápido.

Aguantó a Pinot

Landa se quedó solo cuando acabaron el trabajo Amador y Fraile a diez de meta porque Nairo Quintana no fue capaz de ayudarle nada. Cuando llegó a su altura no tuvo mejor cosa que hacer que coger el bidón para beber y ponerse a rueda del alavés, que tras tomarse un respiro en un grupo del que tiraba Bardet, se fue en solitario a nueve de meta. No pudo acercarse a Simon Yates para ganar la etapa y se tuvo que conformar con aguantar la rueda de Pinot en los dos últimos kilómetros.

El corredor del Groupama tuvo la ayuda de Gaudu y Reichenbach antes de atacar cuando faltaban siete kilómetros y solo pudieron seguirle en un principio Alaphilippe, Buchmann y Bernal, que se quedaron por este orden sin poder seguir su ritmo. Por primera vez el líder dio muestras de debilidad y tampoco pudo seguir la rueda de Thomas, que fue de menos a más y llegó con Kruijswijk a 49 segundos de Landa y Pinot, mientras que Alaphilippe perdió 1:16 con ellos y 27 segundos con el galés y el holandés.

Más que el tiempo perdido por Alaphilippe, que mantiene 1:35 sobre Thomas, lo más reseñable fueron las sensaciones que trasmitió. Pedaleó más con el corazón que con la cabeza, con muchos gestos que parecían más propios de Voeckler, y se mostró abatido en la meta y trasmitió dudas. Dijo en la televisión francesa que si falla le gustaría que ganara el Tour Pinot cuando ha llegado líder al descanso y solo quedan tres etapas duras antes de llegar a París.

Lo mejor de los Pirineos es que deja muy abierta la carrera porque los seis primeros están en un margen de solo dos minutos y en los Alpes es difícil vaticinar qué puede pasar porque solo Pinot no ha dado muestras de debilidad hasta ahora y tampoco es un corredor que ofrezca garantías de que aguantará su gran nivel hasta el final del Tour. Por eso Landa, que subió al podio ayer como ganador del premio de la combatividad, se puede marcar el objetivo del podio porque los seis no van a fallar, pero seguro que algunos sí.

Segunda victoria de Simon Yates en los Pirineos en una escapada

La jornada tuvo dos batallas, la de la general y la de la etapa, en la que Simon Yates fue el más fuerte del grupo de 36 corredores que se quedó por delante tras una gran lucha por entrar en la escapada. En la primera hora se recorrieron 48 kilómetros y se necesitaron más para que se formara una fuga numerosa en la que entraron tres vascos –Omar Fraile, Pello Bilbao y Romain Sicard– junto a corredores que en un principio aparecían como candidatos a disputar la general como Romain Bardet, Vincenzo Nibali, Nairo Quintana y Dan Martin.

Simon Yates no iba a disputar la general tras fallar en el Giro y parecía que se iba a conformar con ganar la etapa de Bagnères de Bigorre por delante de Pello Bilbao para centrarse en ayudar a su hermano Adam. Pero tras demostrar que no está para disputar la general volvió a salir a la disputa de la etapa y no tuvo rival porque Geschke fue el que más lejos llegó hasta que lo dejó a nueve kilómetros de meta al recibir la información de que Landa se acercaba peligrosamente.

No temió que lo llegara a cazar en ningún momento y logró su segunda victoria en las tres etapas en línea de los Pirineos y la tercera del Mitchelton junto a la conseguida por Impey. Solo quedan seis etapas y las victorias se las reparten entre muy pocos equipos con cuatro del Jumbo, tres del Deceuninck y Mitchelton y dos del Lotto Soudal. Además han ganado Bora, Bahrain y Groupama, solo siete equipos de los veintidós participantes. Y lo normal es que se lleven alguna victoria más en una última semana que comenzará mañana tras la jornada de descanso de hoy en Nimes. J.I.