El día 5 de agosto, Día de La Blanca, muestra las dos caras de las fiestas de Gasteiz. La religiosa y la pagana, que convergen a primera hora en las calles de Alde Zaharra, por donde pasa el Rosario de la Aurora. Como todos los años, ayer miles de personas participaron en la procesión, que finalizó en la plaza de la Virgen Blanca. Allí tuvo lugar la primera misa del día, a la que siguió la misa pontifical, oficiada por el obispo, Juan Carlos Elizalde, en el que se vio a algún que otro uniformado vestido de verde y a cargos del Gobierno local y del Ejecutivo autonómico con traje y corbata.

Esta imagen poco o nada tiene que ver con la fiesta que impera estos días en la capital alavesa, tomada por blusas y neskas, que arrancaron con la ofrenda floral y el aurresku de honor a la patrona de la ciudad. Una liturgia protocolaria para las cuadrillas, que aprovecharon para sacarse la foto de familia en las escaleras que unen la balconada de San Miguel y la plaza del Machete, donde tiene su txosna GEU Elkartea. Fue un refugio para muchos blusas y neskas, un buen lugar donde tomar los primeros tragos y espantar la resaca del día 4 antes de seguir la ruta por las calles de Ensanche, donde compartieron protagonismo con los gigantes y cabezudos. Ojo Biriki se convirtió en la pesadilla de los más pequeños que trataron de esquivar su golpes. Lo hicieron sin éxito. Solo tiene un ojo, pero no falla.

A mediodía la fiesta se concentró en tres puntos: en la propia plaza del Machete, llena para ver a Maialen Lujanbio y Unai Agirre; en la plaza de Los Fueros, que acogió la exhibición de herri kirolak; y en la plaza Nueva, donde dantzaris bailaron Gasteizko Zortzikoa. A las 13.00, los dantzaris de Algara realizaron el homenaje a la Ikurriña, organizado por la Comisión de Blusas y Neskas, que entregó un premio a Gaztedi Rugby Taldea.

Primeras kalejiras

Tras el homenaje, las cuadrillas de la Comisión, al igual que las de la Federación, se retiraron a comer. Fue una parada en boxes antes de la kalejira de ida al Iradier Arena. Primero salieron las seis cuadrillas de la Federación, encabezadas por Batasuna y Mozkorraldi, una cuadrilla que regresa con fuerzas renovadas tras disolverse hace 35 años; y media hora después emprendieron el camino por la calle Dato las veinte cuadrillas de la Comisión, donde también hay una nueva cuadrilla: Gautarrak, escisión de Biznietos de Celedón.

Al llegar a la plaza, las cuadrillas buscaron un bar en el que establecer el campo base durante estos días. Muchos pasarán allí las horas a la espera de la kalejira de vuelta, aunque cada vez son más las cuadrillas que aprovechan este impás para organizar actividades. Hegotarrak y Okerrak, por ejemplo, celebraron ayer el VI Campeonato de Bolo Alavés en Los Fueros.

A la vuelta de la plaza, los blusas y las neskas se dispersaron por Alde Zaharra. Muchos cerraron allí la noche, aunque más de uno se acercó a las txosnas para ver los conciertos de Dupla y Zea Mays o a Los Fueros a ver la actuación de La M.O.D.A.; y alguno regresó a la plaza del Machete para escuchar a Joseba Tapia. A buen seguro que la mayoría marchó pronto a casa, porque hoy les espera un día intenso, sobre todo a quienes participen en el descenso de goitiberas, organizado por Los Alegríos. En cuatro años han logrado que sea un evento multitudinario, que ha traspasado fronteras. Este año participará un japones con una goitibera de bambú.