Iñaki IRIONDO
gasteiz
ELECCIONES ESTATALES

Suben PNV y EH Bildu, el PP se queda a cero y el soberanismo es decisivo

La repetición de elecciones en Euskal Herria se ha resuelto con una subida en escaños del PNV, aunque baje en votos, y con el triunfo indiscutible de EH Bildu, que suma cinco escaños y puede tener grupo en el Congreso. Que el PP vuelva a quedarse a cero se empaña con la subida de Vox en el conjunto del Estado, donde podrá recurrir leyes al TC.

¡Qué Santa Lucía le conserve la vista a Iván Redondo, perdón, a Pedro Sánchez! Sus enemigos electorales, los independentistas, aquellos de los que no querían depender, han crecido y van a ser decisivos también en la próxima investidura. El trifachito se ha reestructurado internamente para inclinarse hacia Vox, que se convierte en la tercera fuerza política en el Estado español, supera los 50 escaños y con ello se convierte en agente determinante para recurrir leyes ante el Tribunal Constitucional. Sin duda, los estrategas del PSOE han hecho un ridículo histórico al repetir elecciones.

Entre tanto, en Euskal Herria, la entrada en juego de Más País en Bizkaia, favorece que el PNV obtenga un escaño más que el pasado 28 de abril, a pesar de bajar en votos.

EH Bildu, principal vencedora

Pero quien aparece como la principal vencedora en este país es EH Bildu, que sube en votos absolutos y en porcentaje en el conjunto de Hegoalde, mantiene el escaño de Araba y, enorme logro, consigue que Bel Pozueta esté presente en el Congreso de los Diputados, dando voz a tantas injusticias que se dan en Euskal Herria y, en concreto, a la que se ha producido contra los jóvenes de Altsasu.

Además, la coalición independentista cuenta con los cinco escaños que fija el reglamento y el porcentaje por territorios necesario para formar grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados. Pero si en Bizkaia cayeran por debajo del 15,00%, la Mesa del Congreso y los intereses políticos tendrían la última palabra.

El PP, de nuevo, cero patatero

Otro de los rasgos fundamentales de las elecciones de ayer es que el PP vuelve a quedarse con el mismo número de diputados que logró el pasado 28 de mayo, que en términos escuchados en los últimos días, se concreta en la afirmación jocosa de «cero patatero», con lo que ello evoca, además, al voto alavés.

El PP ha crecido en número de votos y en porcentaje, parece ser que recogiendo parte de las pérdidas de Ciudadanos, pero le ha sido imposible llevar ninguna diputada al Congreso. La apuesta personal de Pablo Casado por Bea Fanjul vuelve a cerrarse con otro fracaso. Cambiar a Javier Maroto por Mari Mar Blanco, tampoco le ha dado a Génova ningún resultado. El PP vasco no tiene ni acento propio, ni personalidad, ni representación institucional.

La derecha unionista tiene en Euskal Herria una única representación, que son los dos diputados de Navarra Suma, ambos de UPN. Unido a PP y Ciudadanos, la formación de Javier Esparza tiene el mismo número de diputados que antaño tuvo sin estos experimentos.

Por otra parte, Unidas Podemos pierde un escaño, miles de votos y también su porcentaje de papeletas. Esta caída no es atribuible a la concurrencia de Más País, puesto que la candidatura de Íñigo Rejón tan solo se presentaba en Bizkaia, y ha habido territorios donde ha tenido peores resultados.

El independentismo decide

Los partidos independentistas, los firmantes de la Declaración de Llotja de Mar, suman en el Congreso de los Diputados 29 escaños, con la llegada a la Carrera de San Jerónimo de 2 representantes de las CUP y la vuelta de los gallegos del BNG. Entre todos ellos, superan los dos millones de votos.

Pero además, vista la composición de las Cortes, el independentismo vuelva a convertirse en factor determinante. De nuevo pueden ser quienes decidan cualquier votación de investidura, tanto si quien se presenta es Pedro Sánchez, o si en los próximos meses Felipe de Borbón decide que Pablo Casado opte a ser presidente del Gobierno.

No se sabe muy bien qué quería Pedro Sánchez al forzar nuevas elecciones, pero lo que tiene es menos fuerza, más independentistas y el alza de Vox.