Mahjub Mohamed-Salem
Saharaui
GAURKOA

Carta abierta a Podemos

Kaixo, lagunok! Varias veces he comenzado a escribiros, y otras tantas lo he abandonado, en la seguridad de que en ningún partido interesan las críticas que contradicen al líder. Pero he pensado que un aguijón de vez en cuando agrada a quien lo da, y despierta (y, si no, molesta, que tampoco está mal) a quien lo recibe.

No soy militante (o inscrito, como lo llamáis) de Podemos, pero sí soy votante. No os escribo para deciros que nunca me ha gustado que mi voto se use para sostener al gobierno de un partido de derechas, como lo es el PSOE (¿recordáis aquel grito de «la gente» de «¡PSOE-PP, la misma m... es!»?). Pero mi papeleta ya está en manos de Podemos y, seguramente dentro de poco, en las del PSOE: nada puedo corregir ya. Tampoco os escribo para extenderme en las muchas razones que, en mi opinión, se oponen a dar apoyo al PSOE (imposibilidad de influir en las decisiones económicas; subordinación total en ese ámbito a una vicepresidenta-topo del PP, como Calviño; lavado de cara de un presidente que hace poco presumía de ser el jefe de la Fiscalía, a propósito de la persecución de Puigdemont, y que siempre ha demostrado no tener ganas de resolver el conflicto catalán; dejar huérfano a un partido del que se van al Gobierno los números uno y dos; no querer ver la antiestética de que los dos miembros de una pareja se asienten en un mismo gobierno; etc., etc., etc.).

Os escribo solo para mostraros mi enorme enfado, en relación con un hecho que aún está sucediendo en estos momentos. A finales de noviembre, como sabéis, el ministro marroquí de Exteriores visitó al incalificable Sr. Borrell, para recordarle que, en su nuevo destino en Europa, debe seguir defendiendo los intereses de esa dictadura medieval que es Marruecos, frente al Sáhara. Naturalmente, en la rueda de prensa, el Sr. Borrell no tuvo inconveniente en decir que «el tema del Sáhara está zanjado». Para colmo, pocas horas después, la nueva ministra de Exteriores, la Sra. Robles, concurría ante los periodistas para decir que el ISIS estaba preparando un atentado inminente contra los españoles que están en los campamentos de refugiados de Tindouf, y que de ello tenía el Gobierno información «internacional muy fiable» (eufemismo para no decir «nos ha exigido el ministro marroquí que lancemos esta mentira»).

Cualquiera mínimamente interesado por el Sáhara conoce el interés de Marruecos por atemorizar y espantar a quienes (cooperantes o visitantes) ayudan a los refugiados saharauis. Cualquiera mínimamente interesado por el Sáhara conoce el interés de los gobiernos de España (del PP o del PSOE) por ayudar a Marruecos a pisar a los saharauis, aunque sea utilizando falsos bulos. Hace dos días que quinientas familias de diversos lugares del Estado partieron a los campamentos, como todos los años sucede por estas fechas. Había que atemorizarlas para que no llegaran a Tindouf los pocos euros y el mucho cariño que no pocos ciudadanos de aquí llevan a los campamentos. Pero la honradez de la Sra. Robles quedó inmediatamente confirmada, cuando hace dos días se extendió por todos los medios la noticia de que un comunicado del Gobierno argelino (defensor de la causa saharaui), confirmaba lo dicho por la Sra. Robles. Desgraciadamente para ella y para sus voceros, acabamos de enterarnos de un comunicado del Ministerio de Exteriores argelino (https://www.efe.com/efe/espana/mundo/argelia-niega-haber-advertido-a-la-minurso-del-riesgo-de-ataques-en-el-sahara/10001-4124190), en el que se dice que es falsa la atribución del anterior supuesto aviso, y que no existe ninguna base que justifique la alerta, pero que sí existe manipulación interesada.

Y pregunto: ante el hedor que emanan estas bocas socialistas, ¿Podemos se puede lanzar a compartir gobierno con ellas? Ya sabéis que el Tribunal Internacional de la Haya negó cualquier derecho de Marruecos sobre el Sáhara. Y la ONU, por su parte, sigue recordando a España que es la potencia administradora del territorio saharaui, y que no puede abandonarlo antes de preguntar en un referendo (¡vaya, con lo que le gustan a España los referendos...!) sobre la voluntad del pueblo saharaui. ¿Puede Podemos compartir mesa de Consejo de Ministros con quienes muestran semejante desprecio de la ley internacional, y más, con quienes ayudan a una dictadura que asesina, tortura y hace desaparecer a saharauis de la zona ocupada (en julio el Sr. Sánchez regaló casi cuatrocientos vehículos antidisturbios a la Policía marroquí)?

Ya sabéis que la semana pasada una comisión de parlamentarios vascos que deseaban visitar El Aiún para conocer la situación de los derechos humanos no reconocidos por Marruecos a los ciudadanos saharauis, no pudo bajar del avión, porque la Policía marroquí subió a ordenar al piloto el inmediato regreso a España. ¿Puede Podemos apoyar a un gobierno que ni siquiera hizo una protesta diplomática al respecto? Es más: ¿puede Podemos llamarse de izquierdas, si ni siquiera ha criticado lo acontecido, para no enfadar a su nuevo jefe?

Sé que me diréis que estas cosas (¡y tantas otras!) son las que vuestro líder tenía en mente cuando advertía de que «tendremos que tragar muchos sapos para entrar en el gobierno». Es horrible que un señor que se proclama de izquierdas diga que está dispuesto, y que debemos estar dispuestos, a tragar algo tan asqueroso como sapos. Pero aún es peor: eso a lo que el Sr. Iglesias llama «sapos» son, en realidad, ruedas de molino, que, al menos por mi boca, no caben.

También sé que no os preocupa que os diga que perdéis cuatro votos en mi familia. Y sé que no os preocupa (porque no lo creéis) que os diga que lleváis el mismo camino que Ciudadanos. Nacisteis a la vez que ese partido. Quienes nacen a la vez son gemelos. Y los destinos de los gemelos suelen ser muy semejantes. Dos líderes dispuestos a sacrificar su partido en el ara de su ambición personal.

Hala ere..., agur bero bat.