Jaime IGLESIAS
PREMIOS GOYA

EL CINE VASCO PISA FUERTE EN LOS PRIMEROS COMPASES DE LA GALA

UNA MÁLAGA ANEGADA ACOGÍA ANOCHE LA 34 CEREMONIA DE ENTREGA DE LOS GALARDONES CON ALMODÓVAR COMO FAVORITO. “LA TRINCHERA INFINITA”, SIN EMBARGO, ARRANCÓ CON VARIOS GALARDONES, CONFIRMÁNDOSE COMO ALTERNATIVA.

Bien es sabido que lo importante no es como empiezan las cosas sino como acaban y que el antecedente de hace dos años, cuando tras lograr diez premios Goya por “Handia” al final se les escaparon los dos más importantes (película y director), les obligaba a ser cautelosos, pero lo cierto es que en el rostro de Jon Garaño, José Mari Goenaga y Aitor Arregi se reflejaba muy bien ese entusiasmo que se ha instalado este año entre los profesionales del cine vasco tras la lluvia de reconocimientos cosechada por tres títulos como “La trinchera infinita”, “El hoyo” y “Ventajas de viajar en tren” que muestran la pluralidad de miradas y el talento del cine hecho en Euskal Herria. Ante tamaña evidencia es lógico que los responsables de estas tres películas afrontaran la gala de los Goya sin tensión, pensando que el obtener alguna estatuilla sería, en todo caso, como poner la guinda a un pastel ya cocinado: «Si hablamos de máximos y mínimos la verdad es que lo mismo podemos salir de aquí sin ningún premio que con cinco o seis», nos comentaba José Mari Goenaga momentos antes de la ceremonia. A su lado, Aitor Arregi asentía y confesaba a GARA «que si nos dan uno de cada tres premios a los que estamos nominados ya estaría bien». El sentir del equipo de “La trinchera infinita” lo reflejaba Vicente Vergara, candidato al Goya al mejor actor revelación: «Nosotros ya tenemos quince premios (decía sobre la alfombra roja en referencia a las nominaciones cosechadas por la película). Esta noche toca saber si nos quedamos en esa cifra o vamos a por los treinta».

Almodóvar, gran rival

No obstante todos los cineastas vascos entrevistados por GARA durante las tres agotadoras horas que duró ese paseíllo que dan en llamar alfombra roja, coincidían en señalar a Pedro Almodóvar como el gran favorito de la velada: «Ojalá fuera esta la gran noche del cine vasco, si por mí fuera todos los galardones irían a parar a “La trinchera infinita”, pero siendo realistas, Almodóvar es un rival muy duro y es bastante probable que su película sea la que acabe triunfando esta noche», confesaba Galder Gaztelu- Urrutia, director de “El hoyo”, que optaba a cuatro galardones, entre ellos el de mejor director novel, un premio que según Aritz Moreno, que también aspiraba al mismo: «Es bastante probable que acabe en Euskadi, aunque solo sea por pura estadística». Moreno reconocía que el galardón que más ilusión le hacía era el de guion adaptado «porque Javier Gullón ha hecho un trabajo extraordinario», mientras que Gaztelu-Urrutia confesaba que «donde a priori tenemos más opciones es en la categoría de efectos especiales».

Al cierre de esta edición y con siete premios entregados el favoritismo de “Dolor y gloria” parecía justificado al acumular, del tirón, tres Goyas: montaje, guion original y banda sonora, galardón este último que fue a parar al donostiarra Alberto Iglesias que logró su undécimo Goya en su undécima colaboración con el cineasta manchego Iglesias agradeció a Almodóvar su premio afirmando que «su cine me ha hecho más libre al haber contado cosas que son difíciles de contar». Aritz Moreno, por su parte no pudo ver colmado su deseo de que “Ventajas de viajar en tren” ganara el premio de guion adaptado al perder frente a “Intemperie”, de Benito Zambrano.