El corredor etíope Birhanu Legese, con un tiempo de 2h04:15, y la israelí de origen keniano Lonah Chemtai, que paró el crono en 2h17:45, se adjudicaron ayer el Maratón de Tokio de este año –sede de los Juegos Olímpicos en agosto–, que estuvo restringido en público y en participantes por las medidas extraordinarias aplicadas a causa del COVID-19. Hasta última hora la celebración de este maratón estaba en el aire debido a las medidas oficiales fijadas para evitar la extensión del virus en Japón, donde ya ha afectado a más de un millar de personas con una docena de muertos. En lugar de cancelarlo, como aconsejaban las autoridades, los organizadores optaron por seguir adelante con la prueba, pero impidiendo la participación de cerca de 38.000 corredores amateurs y limitándola a unos 300 atletas en todas las categorías, pidiendo además al público que evitara seguir la carrera. Aún así, durante el recorrido pudieron verse muchos espectadores que animaron el paso de los corredores, disfrutando de la prueba deportiva y de una mañana soleada.