Kaixo. Soy Txaro. Estoy muy preocupada. Tengo dos hijos (8 y 6 años), se estaban portando muy bien, dentro de lo que cabe, pero ahora me tienen muy preocupada. Llevan unos días que no quieren irse a dormir porque tienen pesadillas. Les da miedo. ¿El confinamiento les está creando algún trauma? ¿Qué tendría de hacer?

Hola, Txaro. Como le decía a otro lector, a Ion de Elgoibar, el trauma es un efecto de la sobreestimación cerebral provocada por un evento impactante que amenaza su integridad física o psicológica y que sobrepasa con mucho los recursos de una persona para afrontarlo. También se puede dar cuando hay una negligencia continuada en relaciones de las que la persona no puede prescindir.

Con lo que cuentas, tener miedo o estar hartos dista de crear un trauma que vaya a condicionar el futuro de tus hijos. Los niños se regulan emocionalmente con el cuerpo: sus rutinas y su actividad física les es imprescindible, y aunque suena a cliché, mantener las rutinas y poder hablar de lo que pasa es importante. Hablar sobre cómo lo están llevando, con su lenguaje, les ayuda a ir creando una imagen mental; marcar los cambios entre los deberes y el ocio, en espacios diferentes si puede ser. Tratar de hacer que los días no sean todos iguales, mientras se mantienen las rutinas y se diferencian días de diario y fines de semana, también ayudará a ventilar tensiones.

De todos modos, no es natural estar encerrados y en sí genera trastornos más que evidentes en todos. Los sueños son una forma de tratar de digerir sensaciones de las que quizá aún no pueden hablar, cosa que también le pasa a los adultos. Tenemos que tratar de aguantar y, sobre todo, acompañarles cuidando de nuestros propios temores –a veces también eso lo captan–. En general estamos en etapas nuevas y no sabemos lo que vendrá después, pero por ahora observa cómo están ellos en otros momentos, si mantienen su actividad y tratad de mantener la alegría todo lo posible. Esperemos que se tomen otras medidas pronto.