Raimundo Fitero
DE REOJO

Oscura

Andando por los canales de mis plataformas buscando una salida al asfixiante momento político donde se ha aislado cualquier atisbo de racionalidad más allá del extremismo de una derecha española pestilente, encuentro un magnífico reportaje sobre los telescopios de altura en el mundo, esos aparatos de alta tecnología que intentan encontrar más allá de nuestros informativos una vida en cualquier planeta o conocer los actos epidérmicos del Sol que tanto nos afectan. Constato unas cuestiones previas. Son punteros en materiales y tecnología de diversas disciplinas; se instalan en lugares de la Tierra muy remotos y que permitan visualizaciones del cosmos libres de contaminaciones; el personal que lo usa es muy joven y con alta preparación específica y hay una proporción de mujeres bastante considerable, una magnífica noticia. 

Y ahí vuelve un concepto rotundo, que me parece forma parte del día a día: la materia oscura, que es el treinta por ciento de la materia del universo y que no se debe confundir ni con la energía oscura, ni la materia bariónica, ni los neutrinos. Su nombre hace referencia a que no emite ningún tipo de radiación electromagnética. Hasta aquí todo lo aprendido y copiado superficialmente. A partir de aquí lo que lleva a aplicar estas nociones al comportamiento de algunas formaciones políticas que son, hoy en día, oscuras, ni energía, ni materia, solamente consignas, los hombres y mujeres que la ejercen no produce otra radiación electromagnética que la del odio, la ignorancia, el oscurantismo, que se resume en pensar que su sueldo, sus propiedades, sus dueños y su dios es lo que importa y lo que rige el mundo, como si la ciencia, el conocimiento acumulado, tanto en química, física, como en materia social o sicológica no fueran componentes básicos de la existencia en comunidad.