El título de la obra del periodista Bru Rovira, “Áfricas, cosas que pasan no tan lejos”, cobra nuevo sentido en estos tiempos en que un virus que dicen surgido en la otra punta del planeta paraliza al mundo en cuestión de semanas.

Rovira no habla de oídas. Su obra es un parto con dolor fruto de una larga gestación en forma de viajes continuados a escenarios de calor sofocante, olor dulzón y nubes de tormenta.

Topónimos como Mogadiscio, Yaundé, Lokichoggi, Monrovia o Ruanda comparten espacio con nombres propios. Entre ellos Lul Mohamud, somalí, directora de orfanato; Heinne Steinhkopef psicólogo noruego; Isidro Uzkudun, el misionero nacido en Pasaia y asesinado en Ruanda; o Charles, el chófer e intérprete ruandés del autor. A una mirada superficial pueden parecerle lejanos los escenarios y ajenos los problemas que en ellos se desarrollan. Genocidio, violencia, discriminación, pobreza, desesperanza, el expolio de los recursos, la enfermedad han sido y continúan siendo el día a día de una parte de la humanidad. Sus tragedias no están lejos, más bien a la vuelta de la esquina. Frente a la inacción y el desinterés, la reflexión del autor es clara. Anticiparse a los conflictos, evitar que se eternicen contribuye a ahorrar grandes dosis de sufrimiento al resto del planeta.

Bru Rovira (Barcelona, 1955) es periodista. Trabajó en los diarios “Tele exprés”, “Noticiero Universal” y “Avui”, antes de entrar a la redacción de “La Vanguardia”, donde estuvo durante veinticinco años. Ha viajado por medio mundo para vivir y escribir sobre los cambios ocurridos al final de la Guerra Fría y los nuevos escenarios de la globalización.