Pese al silencio oficial tras la dimisión nocturna, hay interrogantes obvios, empezando por el más grave:

¿En serio el director de Emergencias de Osakidetza estaba ‘missing’ en plena crisis? Sánchez Ibarluzea fue sorprendido en Castro Urdiales el 21 de abril, martes. Fue el día en que los consejeros Erkoreka y Murga presentaron el plan de desescalada de Lakua, que tiene como uno de sus pilares la reconversión urgente de Osakidetza para poner a la Atención Primaria en primera línea de la detección. Una labor que entraba de lleno en el cometido de Sánchez Ibarluzea: «Su objetivo será reforzar la coordinación con otras comunidades autónomas limítrofes, como ayuntamientos, con otros departamentos del Gobierno Vasco...», dijeron al nombrarlo.

Aparte de ello, el ámbito de Emergencias de Osakidetza vivió ese martes otra jornada muy intensa, con 21 muertes y casi un millar de personas hospitalizadas por coronavirus. Es inevitable preguntárselo: ¿En serio la ausencia de Sánchez Ibarluzea vulnerando el confinamiento pudo pasar desapercibida? ¿El director de Emergencias podía estar missing dos-tres días?

¿En qué órganos de coordinación técnica se le echó en falta? Una de las preguntas ayer de NAIZ al Departamento de Nekane Murga –sin respuesta porque «no hay nada más que decir»– es en qué mesas técnicas de gestión de esta crisis participaba el jefe de Emergencias, y por tanto dónde se le debía echar en falta.

No consta el dato. Pese a que el cargo le otorga una posición central en una Osakidetza sometida a la mayor presión de su historia, en estos dos meses el dimitido no ha tenido protagonismo público alguno, más allá de acompañar a Iñigo Urkullu en una visita al Centro Coordinador de Txurdinaga, justo en la primera semana de la crisis

¿Es cierto que se le iban a hacer PCR sin tener síntomas? Sánchez justificó su escapada a Castro en que en su entorno laboral había casos de Covid-19 y se le iba a hacer un PCR en días siguientes. Si es así, no se trata de uno de los supuestos legales que permiten desplazarse. Y, más llamativo aún, en esa fecha e incluso hoy solo se practican test de este tipo a personas que tengan síntomas o que pertenecen a ciertos colectivos esenciales. ¿Con qué razón se le iba a hacer al jefe de Emergencias?

¿Por qué no ha sido cesado ni por romper el confinamiento ni por ocultarlo? Murga admite que conoció esta actuación de Sánchez Ibarluzea hace hoy cuatro días, pero al parecer en ningún momento se planteó su cese. Erkoreka dijo ayer en Euskadi Irratia algo más grave por lo que denota de intento de justificación: «Él defiende que estaba legalmente en Castro, es decir, que tenía razones sólidas para ese viaje», a lo que ha añadió que el estado de alarma permite salir a hacer la compra, trabajar o servicios médicos «y servicios y funciones similares».

Sigamos con Erkoreka, porque su explicación agrava el asunto. Según su versión, Salud ha zanjado el tema «con rigurosidad» porque «se ha decidido en 48 horas». Sin embargo, de la nota emitida queda claro que no es cese sino dimisión, ¿pactada?

¿Quién es Jon Sánchez Ibarluzea? Aunque en su nombramiento se le intentó dar un barniz técnico, sus diplomaturas se sitúan en terrenos ajenos a lo que se supone a un responsable de Emergencias: Relaciones Laborales y Magisterio. Llegó al cargo en los relevos tras el escándalo de la OPE, después de que la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica, fuese sustituida por Juan Luis Diego, gerente de EiTB en la era Ortuzar y hombre de confianza de Sabin Etxea. También Jon Sánchez lo es, primero en el Ayuntamiento de Bilbo con Azkuna y luego en las Juntas de Bizkaia. En Bilbo se enfrentó a las comparsas en 2004 para vetar menciones a los presos en carrozas de carnaval.