¿Qué consecuencias económicas ha supuesto tener cerrado el local durante dos meses y medio?

La situación tan dramática que han vivido muchos hosteleros como ERTEs, necesidad de despedir personal y similares, por suerte yo no la he vivido. Sí que he notado las consecuencias económicas de tener unos gastos fijos al mes y cero ingresos. Porque la luz no se paga sola, está claro. Pero es verdad que no he salido tan afectado como otros locales hosteleros. Aun así, esto no quita que la disminución de los ingresos se haya notado. Ha habido alguna ayuda de la administración y hemos ido tirando.

Lo perdido hasta ahora, ¿es posible recuperarlo o es algo en lo que tampoco piensa mucho?

Pues la verdad no es que estemos pensando demasiado en ello, pero sí que hemos notado que por la ausencia de fiestas, la juventud se queda en el pueblo y que los ingresos tanto en junio como en lo que va del mes de julio son superiores a los mismos meses de otros años. Por lo tanto, poco a poco vamos recuperando, no nos podemos quejar.

Precisamente, sobre eso le iba a preguntar, ¿cómo está discurriendo este verano sin fiestas? ¿Es lo que se esperaba?

No. Es una paradoja la situación de este verano. Lo habitual en estas fechas con fiestas de pueblos vecinos (Morga, Amorebieta…) es que los jóvenes vayan allí y nosotros nos quedemos, digamos, con menos clientela. Pero este año, ante esta ausencia de fiestas, los jóvenes se quedan en el pueblo, consumen aquí. Con lo cual no me puedo quejar. En este sentido, nos sentimos beneficiados. Es paradójico y por suerte muy bueno para empezar a recuperar lo perdido durante estos meses.

Los rebrotes de estas últimas semanas, ¿han sido perjudiciales para la clientela?

Se nota que la juventud no tiene miedo. Y también se nota que la gente mayor anda menos por la calle. Pero quería apuntar el linchamiento mediático que están teniendo los jóvenes, parece que los bares de ocio nocturnos tenemos toda la culpa, y no es así. Ha habido casos en supermercados, en muchas empresas... ¿y a que a ellos no les van a limitar sus horarios? Pero supuestamente toda la culpa la tienen los jóvenes y los bares de jóvenes. Y claro, eso no puede ser así. Hay que llegar al diálogo. Porque todos estamos de acuerdo en que la salud es lo primero.