Irati Jimenez
Escritora
JOPUNTUA

DRAE 1 - Dios 0

Algo parecido a lo que le decían al personaje de Toni Cantó al final de “Todo sobre mi madre” se le podría decir al diccionario de la RAE. «Tú no eres un diccionario, tú eres una enfermedad». Qué truño, madre mía. Una herramienta tan necesaria que casi justificaría la existencia de una Academia de la Lengua y nada, ni por esas. Urgen alternativas y ninguna sería mejor que una versión online del María Moliner, una obra monumental a la que sí podemos llamar diccionario. Al de la RAE no sé qué nombre ponerle, pero el que le han puesto sus autores no es malo. Llamadle DRAE, como a un monstruo maligno.

Decir que es patológicamente españolista, machista, acomplejado y racista es decir poco porque la lista de males es mucho mayor e incluye, cómo no, el de la religión, un tema en el que no he conseguido dar con una sola entrada bien hecha. A los fieles de una religión se les llama «súbditos», en «judío» no se distingue lengua, religión o pueblo porque total; se dice que hay siete «sacramentos» pero no cuáles; las «hostias» no son obleas sino «cosas»; la naturalidad con la que se habla de los dones de los profetas me huele a sillón de académico para Iker Jiménez; a la entrada de «fundamentalismo» le faltan poco menos que las viñetas de Mahoma y en la definición de religiones, agárrate Nietzsche que vamos a galopar. ¿Cristianismo? Religión de Cristo, que con poner al hijo te ahorras al padre y al Espíritu Santo. ¿Islam? Religión de Mahoma. ¿Y Alá? No descarto que «a ese Dios del que usted me habla» le despidiera hace tiempo y en diferido la Conferencia Episcopal española, para que nada ni nadie le haga competencia en el cielo al inmenso poder que acumula en la tierra.

En este infierno filológico el único ser que consigue resistir las embestidas de la DRAE es el Diablo, con una gran definición que demuestra la vigencia de sus poderes en el señorío libre del infierno: «En la tradición judeocristiana, príncipe de los ángeles rebelados contra Dios, que representa el espíritu del mal».