GARA
EL DRAMA DE LA MIGRACIÓN

«Aita Mari» rescata a 105 personas, entre ellas algunas menores

El buque de SMH “Aita Mari” rescató a primera hora de ayer a 105 personas en el mar Mediterráneo y se dispuso a solicitar a las autoridades de Malta un lugar seguro para su desembarco. En la misma zona, el barco alemán “Sea Watch3” llevaba a bordo a otras 412 personas procedentes de seis rescates llevados a cabo en 48 horas.

El “Aita Mari”, buque de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), rescató ayer a 105 personas en el mar Mediterráneo. Acto seguido, se dispuso a solicitar a las autoridades de Malta un lugar seguro para su desembarco. «La gente parecía que llevaba cuatro días a la deriva, con signos de mucha fatiga, incluso alguna infección por sarna», relató el presidente de SMH, Iñigo Mijangos, a “Noticias de Gipuzkoa”.

Añadió que lo que tocaba era «cuidar a la gente, que está muy fatigada». Entre los migrantes se detectó un positivo por covid e iban a aislarlo. Aunque a primera hora se anunció la presencia de dos menores, Mijangos reconoció que «podrían ser más». «Está por ver», dijo, porque «la comunicación con ellos no es sencilla». «No hay niños, más bien adolescentes», detalló.

Durante la madrugada de ayer, a su paso por el sur de la isla de Lampedusa, el “Aita Mari” escuchó el aviso por radio de un pesquero informando de la posición de un bote a la deriva y puso rumbo hacia allá llegando sobre las 6.00.

El bote de madera se encontraba en zona SAR de Malta. Se comunicó la situación a las autoridades pero no se recibió respuesta. Después de repartir chalecos a todos los migrantes, un total de 105, todos hombres, se procedió a transferirlos a bordo por su seguridad, explicó la ONG en un comunicado.

Añadió que el “Sea Watch3” de la ONG alemana, que se encuentra en la misma zona, llevaba a bordo a 412 personas procedentes de seis rescates consecutivos realizados en el transcurso de 48 horas.

«Los únicos puertos seguros y cercanos son los italianos y malteses. Según la propia Unión Europea, en palabras de su portavoz Mina Andreeva, Libia no es un lugar seguro», recordó la ONG. Por ello, pidió a las autoridades europeas «que se responsabilicen de mantener un dispositivo de salvamento en esta zona en lugar de financiar a Libia. Las devoluciones que realizan sus guardacostas deja en evidencia que no tienen la capacidad ni la voluntad de cumplir con los derechos humanos». Reiteró su apuesta por crear «pasarelas humanitarias» para «una migración segura».