Raimundo Fitero
DE REOJO

Atónito

Utilizo una cursilería, atónito, para intentar salir del bucle que me coloca la maldita realidad atomizada o descentralizada sin soltar un juramento en arameo que me compromete con los legionarios de Cristo. Me deja atónito saber, aunque no tenga ni la menor idea de su veracidad, ni sea capaz de comprobar si es cierto, que Elon Musk tiene un capital propio de doscientos cuarenta y cinco mil ochocientos millones de dólares. Por lo tanto, la compra de Twitter por cuarenta y tres mil trescientos veintinueve millones de dólares, le representa algo menos del veinte por ciento de sus ahorros. Lo podía comprara al contado, pero ha preferido meter por medio de la operación a bancos, inversores y demás mandangas, que le permitan fumarse más tranquilo los porros de los que disfruta.

Soy usuario de esa jaula de pajaritos cantarines desafinados, por lo que no espero nada de este cambio de titularidad en la propiedad, ya que meterse en estas redes es saberse observado, seleccionado, comprometido por algoritmos y una serie de servicios mercantiles, policiales o militares que buscan ampliar sus objetivos de censura o venta. Así que quedamos a la espera de ver si este joven multimillonario simplemente quiere aumentar su capital o quiere, además, controlar a unos cuantos millones de usuarios del pajarito blanco sobre fondo azul.

Si me leyera el amigo Elon, le sugeriría algo que a muchos usuarios nos haría muy felices, ¿no podría comprar la web de Renfe, o la compañía entera? Tenemos algunas alegrías los miércoles de sesión de control al gobierno en el Parlamento español, sobre todo si los fans de Rufián recibimos algún regalito como el que ayer soltó al referirse al PP como un partido de centro… penitenciario. Atónito se quedó cuando en un lapsus imperdonable de Sánchez le llamó Abascal.